Bea Parra: «Nunca jamás me planteé lo que estoy viviendo»

El fútbol como estilo de vida. Badajoz, Sevilla, San Luis y ahora Islandia, es la carrera de Bea Parra donde su mayor protagonista sigue siendo la sonrisa
Desde Sauðárkrókur, sede del Tindastoll, un pueblo de 2.000 habitantes al norte de Islandia, nos recibe Bea Parra, exjugadora y leyenda de Real Betis, Sevilla y Atlético San Luis. Tres semanas han sido suficientes para cambiar el calor de México por el frío extremo de Islandia, un país que en lo futbolístico “ha sido una sorpresa bastante grata”. Bea es una de las tantas jugadoras que nunca pensó en vivir del fútbol, pero es solo el comienzo de una historia que les contaremos a continuación. Una historia que hoy se sigue escribiendo en Islandia y quién sabe si en un futuro se volverá a escribir desde Sevilla, una ciudad que, aunque no nació en ella, la acogió como suya.
Podríamos nombrar muchos éxitos en la carrera deportiva de Bea Parra, pero en esta ocasión será mejor vivirlos por parte de sus propias palabras. Aunque si hacemos un pequeño destripe, lo más importante no es siempre lo futbolístico. En Regate Femenino hemos tenido la oportunidad de repasar una carrera tan diversa como completa de la mano de la misma Bea Parra, sin dejar atrás aspectos como el fútbol base, el crecimiento del fútbol femenino o aquello que nos lleva a alejarnos de los nuestros para sentir el calor de la gente lejos de casa. Tal y como le sucedió en Atlético San Luis.
Primero de todo, felicidades, fue ayer tu cumpleaños, día 31 de julio. ¿Cómo se vive una fecha tan señalada desde Islandia y tan lejos de casa?
Diferente pero muy especial. Mis compañeras pusieron de su parte para que me sintiese bien y por supuesto Marta Perarnau, que estoy aquí con ella, hizo que fuera un día muy especial para mí. Un poco lejos de la familia, pero me sentí en casa.
¿Me imagino que no es la primera vez que te toca pasar el cumpleaños lejos de casa?
La verdad que no ha sido el primer cumpleaños lejos de casa y espero que no sea el último. Una no termina nunca de acostumbrarse, también por mis padres. Me siento afortunada de haber vivido dos cumpleaños en México, uno en Moscú con mis padres y ahora este aquí en Islandia. Aparte de estar lejos de casa, me hace muy feliz poder estar viviendo de esta forma.
Volvemos a las distancias, lleváis menos de un mes en Islandia, un club y cultura nuevos. ¿Cómo han sido las primeras semanas en el Tindastoll?
Con respecto a la cultura, mi adaptación está siendo muy diferente respecto a México porque tengo más problemas con el inglés y quizás no puedo empaparme tanto de la misma forma que lo hice con mis compañeras en México. Aun así el trato está siendo excelente por parte del club y nuestras compañeras. Aquí son 2.500 habitantes y está todo muy unido y el trato es muy cercano. Aunque la gente pueda pensar en la frialdad del norte, está siendo una acogida muy calurosa por parte de la gente del pueblo.

Otra cultura pero no quizás otro fútbol tan diferente como imaginamos.
A nivel futbolístico hay mucha intensidad tanto en entrenamientos como en partidos. Es algo que me ha sorprendido muchísimo. Respecto a la intensidad, es una grata sorpresa, además creo que tienen un nivel muy alto técnicamente. Normalmente esa intensidad en el norte está reflejada con un juego más directo, la fuerza o la velocidad. En este caso hay también bastante nivel táctico y bastante nivel técnico.
¿Qué es lo más te ha impactado de Saudarkrokur?
Es verdad que existe mucha diferencia respecto a la espectacularidad de México, donde todo es a lo grande. Lo viven muy intensamente, hay muchos recursos, nadie puede lesionarse, entrenamos cuantas más horas mejor, cuanto más implicada esté la gente mejor. Quizás aquí (Islandia) no noto esa prisa por crecer, nos hemos encontrado un club muy familiar. Si yo por ejemplo tengo un dolor en el tobillo y necesito salir del entrenamiento, recuerdo que en México era todo un poco más complicado, aquí si no te encuentras bien, tienen una responsabilidad social en este sentido, que si te estás saliendo del entrenamiento es porque realmente te duele, te sales y no pasa nada. El grado de responsabilidad es tan grande que por eso nadie pone en duda nada.
¿En qué momento surge la posibilidad de ir al Tindastoll en Islandia?
Nuestra aventura en México se terminó y siempre hemos querido seguir conociendo mundo a través del deporte. Teníamos una compañera en San Luis, Natalia Gómez Junco, a la que le mando un saludo desde aquí, y comentándolo con ella cuando terminamos nuestra aventura en México nos dijo que había estado en Islandia y le había gustado la experiencia. En ese momento nos dijo: «si queréis os ayudo y nos movemos por allí». Natalia fue muy convincente respecto al país, nos lo pintó de diez y nos dijo que iba a ser una aventura increíble. Nos dio muy buen ‘feedback’ de Donny, el entrenador que tenemos aquí en el Tindastoll, y eso era algo muy importante por las circunstancias con las que habíamos salido de México.
En resumen, la culpa la tuvo Natalia. Fue en trato muy cercano. Hablamos con Donny, el entrenador, desde un principio. Es verdad que solamente veníamos como fichaje de invierno y eso nos daba la oportunidad de tantear cómo se vivía a cinco grados, que es muy importante para nosotras (risas), no es lo mismo tener que venir diez meses a vivir, que venir tres meses y poder ver cómo funciona el equipo, si estamos contentas en el pueblo, si estamos contentas con el club y el club con nosotras y luego ya decidiremos.
De Badajoz a Islandia, parece impensable, pero para explicar cómo terminó gestando toda la carrera, lo mejor es empezar por el principio. ¿En qué momento te empieza a llamar la atención el fútbol siendo a nivel femenino un deporte muy secundario?
Mis padres se mudaron a una urbanización de las afueras de Badajoz, donde solamente había chicos y entonces era jugar o no hacer nada. Luego tengo un primo que creo que ha influido mucho en mi desarrollo como futbolista, que es tres años mayor que yo, Juanma, y me he criado con él. Entonces era él y sus amigos y siempre era jugar a fútbol con él. Por esas dos circunstancias no me quedó otra que aprender a jugar porque si no no podía jugar con nadie. La verdad es que no tengo recuerdos de no estar jugando, siempre ha formado parte de mi vida.
¿Fútbol o tenis? El deporte de la raqueta tuvo un efímero paso por la vida de Bea Parra ante la escasez de equipos femeninos pero la fuerza del colectivo hizo su trabajo.
Hubo un momento en el que se creó un equipo de fútbol en el colegio donde yo estudiaba y la verdad que el entrenador se portó muy bien, estuve jugando en el cole hasta que me dejaron y luego la federación mandó una carta a mi casa diciendo que por legislación las chicas ya no podían jugar con los chicos. En ese momento se me acabó un poco el fútbol y estuve jugando a tenis durante mucho tiempo, pero no era lo que me llenaba, siempre pienso que los deportes colectivos llenan mucho más al deportista. Apareció la posibilidad de ir a Mérida, se ofreció el equipo para ficharme porque me había llamado la selección extremeña, pero yo no pertenecía a ningún equipo, yo estaba federada en tenis. Ellos se ofrecieron a hacerme la ficha para jugar el campeonato de España y con la condición de que luego me quedase una temporada, que luego fueron siete de las cuales tengo muy buenos recuerdos. Tuve posibilidad de moverme a otro equipo, el Puebla, que era el más conocido por entonces, pero yo tenía mis amigas allí (Mérida) y siempre me quise quedar donde me trataban bien.
De Badajoz a Sevilla, una ciudad única en lo futbolístico y en lo personal para Bea Parra, sin embargo, la carrera que hoy escribe la futbolista pacense no se entiende sin seguir conociendo mundo a través del fútbol. ¿Cómo fue el salto del Llanos Olivenza, un club tan humilde, al Sevilla?
Después del Mérida me fui al Llanos, donde estuve tres años y durante esas tres temporadas estudiaba en Sevilla y jugaba con los Llanos. Entrenaba con los chicos de mi universidad en Sevilla, luego me iba, entrenaba un día con mi equipo y jugaba, era un desastre. En ese momento apareció el Sevilla, me fichó, me hizo una prueba y me ofreció quedarme en el equipo. Para mí era el salto de Nacional a Primera Femenina.
¿El fútbol como una salida profesional? Costaba imaginarlo hace diez años.
En el momento en el que di el salto al Sevilla seguí estudiando. Fue un salto de calidad a nivel deportivo brutal al cual me costó mucho adaptarme. Yo venía de estar en el equipo de mis amigas y los Llanos de Olivenza fue un equipo que hicimos entre amigas. Recuerdo llamar a mis padres un día y decirles que no quería, que se daban patadas en los entrenamientos, yo lo que quería era divertirme. Nunca jamás me planteé lo que estoy viviendo ahora. No hubo ningún momento en el que dijese: «yo quiero ser futbolista y me voy a dedicar a viajar siendo futbolista». Para mí era algo que formaba parte de mi vida y con lo que me lo pasaba bien, nunca me lo plantee como algo tan serio. En ese momento sí que estaba ganando algo de dinero, simbólico totalmente. Era la primera vez que ganaba dinero con el fútbol, pero lo importante en todo momento fue mi carrera y mis estudios, por lo menos el tiempo que estuve en Sevilla.
No siempre es posible vivir del fútbol, siempre hay que tener un plan B y sobre todo formarse como personas, uno de los aspectos más olvidados pero que más en cuenta tiene Bea Parra también como entrenadora.
Recuerdo el primer año del Betis, las jugadoras que tuve eran un poco más mayores, eran infantiles, después ya fui cogiendo equipos cada vez más pequeños y quizás las conversaciones son diferentes. Sí que recuerdo muchas conversaciones con las mayores de decirles: «Ninguna de vosotras va a tener un piso en la playa con un yate, vosotras tenéis que estudiar». Luego ya estará el fútbol y ya usaremos el fútbol para desarrollarnos como personas. No te estoy diciendo solo que te formes en lo que te quieras dedicar dentro de diez años, te estoy diciendo que te vas a enfrentar a una realidad social en la cual tienes que estar preparada y no solo como futbolista, también como persona y en lo profesional. Tienes que estar preparada para enfrentarte a un medio de comunicación, porque si no luego nos encontramos jugadores o jugadoras que hacen declaraciones con las que yo me echo las manos a la cabeza. Creo que los futbolistas tenemos una responsabilidad como personas.
¿Crees que se ha perdido el hecho de jugar por disfrutar?
Quizás sea un arma de doble filo, porque a lo mejor, que ellas tengan la posibilidad de dedicarse profesionalmente al fútbol, puede hacer que su rendimiento deportivo aumente más. Creo que la forma en la que nos cuidábamos nosotras por entonces no tiene nada que ver en cómo se cuida hoy Andrea Medina, por ejemplo. Quizás ella tiene una serie de recursos que nosotros no teníamos en su momento.
Coincidiste con jugadoras como Maite Albarrán, Virgy García, Ángela Sosa, Cristina Martín-Prieto o Lola Gallardo. ¿Qué recuerdo tienes de ese vestuario?
Guardo recuerdos maravillosos y amigas para toda la vida. En el caso de Virgy dio la casualidad que nos fuimos a vivir juntas, nos ficharon a las dos y caímos en el piso del club. De alguna forma especial, me siento muy orgullosa de sus éxitos. Ese vestuario en el que vas creando tus primeros lazos de amistad, no se mueve dinero, no hay representantes, es todo más bonito o por lo menos a mí me lo parece.
En 2015 abandonas el Sevilla y te marchas al Betis. ¿Quién te llamó del Betis y cuál fue el principal argumento para abandonar Nervión?
Estuve cinco años (2009-2014) donde coincidí con María Pry, que luego se fue al Betis, y a las dos temporadas de estar María en el Betis recibí su llamada. No solamente me ofreció ser jugadora del primer equipo, también entrenadora de cantera, que era algo muy importante para mí. El proyecto me gustaba mucho y allí estuve siete años.
«María Pry es una persona a la que admiro mucho personalmente y profesionalmente.»
¿Qué cambió en el club (Betis) para pasar de jugar en segunda división a pelear por estar entre los cinco mejores de Primera Iberdrola?
Creo que María Pry y Ana Llamas hicieron un trabajo maravilloso. Las pongo mucho de ejemplo porque creo que he aprendido mucho de ellas. María supo dar los pasos adecuados en los momentos justos, entonces las incorporaciones que iba haciendo eran muy pensadas. No le valió fichar a una delantera que metiera 35 goles si luego le iba a poner problemas si un día la sentaba en el banquillo, ella necesitaba gente implicada. María consiguió un grado de implicación en nosotras que mi preocupación era más: no fallarle a ella que el propio resultado.
Tuviste la oportunidad de jugar un derbi en el Benito Villamarín en la temporada 2018/19, que además acabó con victoria. ¿En qué momento y como se os comunica al vestuario la noticia?
Nos lo comunicaron una semana antes porque teníamos que empezar a entrenar en césped natural. Incluso hubo un momento de duda, porque el Sevilla ya jugaba en césped natural, nosotras no. Para nosotras era motivo de alegría, tengo muy buenos recuerdos de la gente que era bética desde pequeña. Recuerdo a Laura González llorando de alegría. Sobre todo la gente del club que han ido allí desde pequeñas y han soñado con ello. En ese momento era algo muy especial para nosotras, aunque luego se convirtió en algo rutinario en México, no por ello debe dejar de ser especial y es algo que en México intente inculcar mucho: “Sois unas afortunadas por estar viviendo esto, porque no pasa en todas las partes del mundo”. Intentaba que mis compañeras lo valorarán de la forma en que yo lo hacía.

De la locura puntual del Villamarín, al fútbol de grandes masas y grandes estadios en México de la mano de Atlético San Luis, donde estuviste dos temporadas. ¿Qué es lo que más te impactó México?
En general los recursos. Recuerdo un cuerpo técnico de 15 personas, todos en el campo a disposición de las jugadoras. Lo de los estadios fue lo que más me impactó y me gustó, en eso van un pasito por delante. Además tiene el calendario montado desde principio de temporada, si la liga empieza en julio, yo ya sé cuando juego en enero. Al final se trata de darle recursos a la jugadora. Recuerdo en la liga española llegar el martes y no saber cuando juegas el fin de semana. No solo eso, allí en México íbamos un día a la semana al estadio a entrenar.
¿Qué falta en México que sí tenemos en España?
A nivel de recursos salen ganando. Televisan todos los partidos de la jornada, que es muy importante para la repercusión mediática. Sí que es cierto que el nivel que hemos conseguido en España hay muy pocas ligas en el mundo que estén a la altura. He estado en México y ahora en Islandia, las dos ligas tienen cosas maravillosas, pero a nivel de fútbol España dio un golpe en la mesa hace unos años. Creo que el proyecto Barça nos ha ayudado a todas mucho. De la misma forma que lo ha hecho el Balón de Oro de Alexia Putellas.
En noviembre de 2022 te convertiste en la máxima goleadora de Atlético San Luis, cuando marcaste el hat-trick contra Mazatlán. ¿Lo sabías o te lo dijeron más tarde?
Sí, lo sabía, porque me lo avisó dos partidos antes un aficionado. En San Luis los aficionados nos esperaban al final del partido, nos saludábamos y nos hacíamos fotos. A Marta y a mí nos gusta mucho conectar con la afición, entonces después de los partidos independientemente del resultado salimos y hablamos con ellos. Ese día un aficionado me comentó: “Sabes que Daniela Carrandi llevaba 15 goles y tú llevas 14, si termina bien la temporada puedes terminar como máxima goleadora del club”. Y ya con el hat-trick de Mazatlán la adelanté. Tengo el honor y orgullo de ser la máxima goleadora del San Luis en primera división y del Real Betis.

Tu carta de despedida de Atlético San Luis me pareció muy curiosa con muchos tributos de la cultura mexicana, fueron dos años intensos, pero, ¿qué es aquello de México que no olvidarás jamás?
La gente. Es la mejor forma en la que alguien te llega, la forma en la que te trata. El trato de la afición hacia nosotras no lo he vivido jamás, ni creo que lo viva jamás. Si por algo seleccionaría México otra vez o me plantearía la posibilidad de volver, por el trato por parte de la afición. No te puedo decir la gente que me ha escrito para felicitarme por mi cumpleaños. Aparte del grupo de compañeras que conseguimos hacer y que mantengo y tengo un cariño maravilloso, creo que el trato que recibimos por parte de la afición es irrepetible. No te puedes imaginar la gente que vino a casa a despedirse de nosotras. “El mejor regalo que me lleve por parte de ellos (aficionados Atlético San Luis) fue como trataron a mis padres cuando estuvieron allí. Mis padres se sentaron en la grada porque querían vivir el ambiente de fútbol mexicano. El mejor regalo que me llevo es como los trataban a ellos y como los cuidaban. Por eso México es muy especial.
De México a un efímero paso en la Queens League con Ultimate Mostoles. ¿Cómo surgió la propuesta?
Una conocida de Marta que estaba ayudando a Mireia (entrenadora de Ultimate Móstoles) con el tema de los fichajes nos llamó a las dos. Le comentó que necesitaba una jugadora ‘12’. Nos llamaron en abril cuando nosotras estábamos en México todavía. Ambas sabíamos que íbamos a cerrar con México y solamente era cuadrar el viaje de cuando llegaríamos. Marta jugaría un fin de semana y yo otro, Mireia decidió quien jugaría cada fin de semana en función de las características del rival. Estuvimos una semana y fue una experiencia increíble.
¿Hasta qué punto una competición como la Queens League puede hacer frente a la Liga F o la Primera RFEF a nivel de condiciones?
Soy una fiel creyente de una frase que me gusta mucho: La excelencia está en la competencia, entonces siento que el hecho de que haya llegado una competición de este tipo al panorama del fútbol femenino creo que es un beneficio para el fútbol femenino en general. No creo que haya que establecerlo a la altura de la Liga F ni de la Primera RFEF, es una competición aparte que para mí no es fútbol, se asemeja incluso más al fútbol sala si tuviera que definirlo de alguna forma, pero hacer que choquen no creo que sea la solución. Es más importante para el deporte femenino que nos nutramos de cómo se van haciendo las cosas. En primer momento no entendía ese rechazo que había hacia la competición y después de participar lo entiendo menos. Creo que la Queens League respecto a las condiciones de las jugadoras tiene mucho que aprender de la Liga F y a nivel de repercusión mediática, la Liga F tiene mucho que aprender de la Queens. Algo que ha conseguido la Queens es la inmediatez de la información, no es lo mismo sentarse una hora y media a ver un partido a que te pongas un partido de la Queens que dura 40’.

En el mundo del fútbol hay muchos tipos de jugadoras: las que disfrutan de jugar y las que además disfrutan de ver mucho fútbol. ¿Cuál eres tú?
Te diría que estoy un poco en intermedias. Me gusta ver, aunque no soy Virgy García (entre risas). Me ha gustado siempre mucho el fútbol masculino y lo he seguido mucho, pero es verdad que en los últimos años veo mucho más y consumo mucho más fútbol femenino. Me gusta mucho el cine, las series e intento compaginarlo. Ya te digo, estoy viendo el Mundial, intentando ver todos los partidos, pero no soy una ‘friki’ por así decirlo.
¿Qué crees que tiene que poner de su parte la federación para tratar de cambiar el rumbo en la situación de ‘Las 15’?
Lo principal y lo importante es que dejen de tratarnos como niñas. Si una jugadora que lleva 10 años compitiendo en las mejores ligas está exigiendo que las condiciones que tiene para trabajar en la selección no son las que ella considera adecuadas para el nivel competitivo que hay, yo no pienso que sea un capricho. No sé, llamadme loca. Tenemos que empezar a ver a las futbolistas como futbolistas, como mujeres y no como niñas. Somos mujeres y muchas de nosotras tenemos más experiencia respecto al fútbol femenino con muchos dirigentes que hay en puestos de responsabilidad. Si escuchase a Mapi decir: “Yo creo que no estoy teniendo a mi disposición todos los recursos que necesito para poder desarrollarme deportivamente o competir en este ámbito», yo no la juzgaría como caprichosa. Lo primero que haría sería sentarme a escucharla como federación, que no sé si lo han hecho o no. Es uno de los principales problemas, no solo de la selección, sino del fútbol femenino a nivel mundial.
¿Cómo se ve desde el extranjero la situación de la Selección Española?
La mayoría nos hablan de la situación con tristeza. A mí me da mucha pena que haya jugadoras que tienen un nivel deportivo excelente y no estén compitiendo en el Mundial. Como puede llegar una situación de conflicto que a determinadas jugadoras les cueste su participación en el Mundial. La sensación es como que lo van dejando pasar y ya nos olvidaremos de Mapi y de Patri. Me causa un poco de tristeza. Quizás gracias al modelo Barça se ha conseguido una generación de futbolistas increíble que a nivel internacional podrían conseguir muchos éxitos o logros deportivos. Pues vamos a intentar que su participación en el Mundial no esté condicionada por algo extradeportivo.
¿Dónde te ves dentro de diez años?
Me encantaría verme en Sevilla, es la ciudad donde quiero vivir. Me encanta la cultura y la ciudad. Tengo mi vida prácticamente allí y si todo va bien en 10 años me gustaría estar allí. Ahora una jugadora de fútbol femenino puede estar viviendo en cualquier sitio del mundo siendo futbolista, entonces ahora quiero disfrutarlo un tiempo y alargarlo todo lo posible.
Como entrenadora y como jugadora que eres, me gustaría pedirte una persona referente en la que deberían fijarse las generaciones futuras.
No solo como jugadora, sino como persona le recomendaría a todas las niñas que fueran como Verónica Boquete. Creo que es la jugadora que más ha hecho por el fútbol femenino español sin estar en España. Para mi generación, aunque somos prácticamente de la misma, fue un referente. Creo que ahora se está convirtiendo en alguien libre y que habla con total normalidad de forma muy sencilla.
Te tengo que pedir no solamente una jugadora, sino una película que te haya marcado.
Soy superfan de Christopher Nolan y una de mis películas favoritas es una de las primeras que hizo que se llama Memento.
“Como entrenadora lo que siempre he intentado transmitir a mis jugadoras es que estuviesen felices”
¿Qué mensaje mandarías a una niña de 10 años que empieza a jugar hoy a fútbol?
Que disfruten. Ayer hablaba con el padre de una de las primeras jugadoras que tuve en el Betis que está jugando ya en el equipo B de alguna cantera importante, y me decía que “el entrenador no está sabiendo ver las cualidades” y yo le respondí que daba igual. Porque va a haber mucha gente en el fútbol o en la vida a la que no le gustarán tus calidades, pero eso no puede hacernos dudar de ellas y del tipo de personas que somos. Lo importante es absorber qué es lo que te falta como jugadora o que te está demandando ese entrenador, pero sin perder lo que te hace feliz. Lo que he intentado siempre que he sido entrenadora es que todas mis jugadoras se vayan con un recuerdo maravilloso de cada momento que vivimos juntos. En el fútbol base hay esa prisa, esa inmediatez. Tengo jugadoras a las que sus padres con 10 años quieren que “ella sea jugadora del Betis y capitana”. Tranquilo, la niña tiene 10 años, igual con 13 decide que le gusta el ballet. Lo importante es que sea feliz y tenga un buen recuerdo del tiempo que estuvo jugando a fútbol.
¿Y a la Bea de 10 años?
No sé si le daría algún mensaje, porque sin mensaje he llegado hasta aquí y estoy muy feliz. La verdad es que estoy muy orgullosa de lo que he conseguido a nivel deportivo y lo que consigo a nivel personal, que la gente me toque el corazón y yo tocarles el corazón. Si tiene que tomar alguna decisión en algún momento que tome la que le haga feliz
Imagen de portada de Lucy Boldo.