Estados Unidos: una muerte de éxito

Morir de éxito en un guion que ya estaba escrito, el fin de la hegemonía de Estados Unidos, cuyo legado es eterno pero no su fútbol
«El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores.” Marcelo Bielsa. Sin saberlo el ‘Loco’ dio en su día con la clave de la caída de Estados Unidos, una selección que de dominarlo todo, ha muerto de éxito, y lo peor de todo, sin alma ni fútbol. Las semifinales se contemplaban como una obligación, tradición o incluso rutina para Estados Unidos, que había llegado siempre a estar entre las cuatro mejores ganando las dos últimas ediciones mundialistas. La selección que ha puesto final a la hegemonía de las barras y las estrellas que tantas veces hemos escuchado no podía ser otra que Suecia, el equipo al que más veces se han enfrentado en el denominado como ‘el clásico de los Mundiales’.

La de Estados Unidos es una crónica de un desastre, una eliminación con fecha de caducidad. Igual que Megan Rapinoe, Alex Morgan o Kelley O’Hara, todo hace pensar que las tres están ante su último Mundial. Cuando una generación se va otra salta al campo y en este caso Sophia Smith, Alyssa Thompson o Emily Fox han debutado entre lágrimas mientras sus ídolos lo hicieron con gloria, y sí, Bielsa también dijo aquello de “tu mejor aliado es el fracaso”. Si hablamos en términos futbolísticos Suecia estuvo lejos de su mejor versión. Un planteamiento conservador con los penaltis en el horizonte como objetivo y no funcionó nada mal. La otra cara de la moneda es para Estados Unidos, dueña y señora del balón pero no del partido ante una enorme falta de herramientas o poca efectividad de ellas.
Nacer sin conocer la derrota, no es un tópico, es una realidad porque desde que nació Alyssa Thompson (2004), la jugadora más joven de Estados Unidos, la selección solamente había perdido dos partidos mundialistas, en 2007 contra Brasil y 2011 contra Japón. Cuando las estadounidenses perdieron su último partido mundialista Thompson tenía siete años, hoy ella ha sido una de las protagonistas de la siguiente derrota.

El VAR, nuevo enemigo del USWNT
Ante el surrealismo propio de unos octavos de final mundialistas en los que llegó a golpear hasta la portera, Alyssa Naeher, no podría faltar el video arbitraje en el gol decisivo de Suecia en la tanda de penaltis que sí, termino contabilizando por cuestión de milímetros. ¿Quién sabe si el final hubiera sido el mismo en 2015?
Vlako Andonovski y cuatro años en blanco
En 2019 se marchó Jill Ellis del banquillo de Estados Unidos después de ganar dos Mundiales de manera consecutiva. Nos demostró que los ciclos se cierran y nada es para siempre, algo que se ha reafirmado en este Mundial tras la eliminación ante Suecia. De algún modo Vlatko no ha sabido reavivar la llama de la ambición por ganar, aquella que se cultivó en los años noventa con Mia Hamm y Michelle Akers- Era solo el comienzo de la mayor hegemonía de la historia del fútbol porque todo tiene un final, pero el de Estados Unidos ha tardado 20 años en llegar.
Durante años el fútbol estadounidense ha vivido en una imponente superioridad sobre sus competidores, bastándole del nivel técnico y físico de sus jugadoras para dominar todo tipo de torneos. A la hora de la verdad, ante el crecimiento futbolístico del resto de selecciones, en Estados Unidos se han encontrado con que no pueden vivir de su nivel sin ir más allá en el apartado táctico. Como si la condición de inmortal fuera a ser eterna. Una bandera no te acredita ser líder del mundo por mucho que hayas influido en el crecimiento del fútbol femenino, ese crecimiento internacional que hoy te deja fuera del Mundial entre lágrimas.

El de Estados Unidos es un problema que no viene del Mundial sino de cuatro años en blanco sin trabajar y ligados al conformismo donde Vlatko Andonovski se ha visto superado por la situación. Una muerte lenta y de éxito. Primero dejaron de golear, de tener dinamismo en ataque, llegaron las lesiones y ahora llega aquello que nunca había faltado: las victorias. El caer en octavos de un Mundial no es el único récord negativo de Vlatko Andonosvki. También las derrotas consecutivas contra Alemania, Inglaterra y España. La primera vez que el elenco norteamericano cae en tres partidos consecutivos desde 1995, el primer aviso de la decepción que hoy hemos visto en el Mundial
Sin alma ni fútbol
Bajo su manga Vlatko Andonovski ha sido el entrenador con más cartas de este Mundial. Los recursos de Estados Unidos son incalculables, en número y calidad, el país del fútbol femenino, de las más de 3.000 universidades y la liga más competitiva del planeta, pero todo esto no es suficiente sino se trabaja de forma adecuada. De nada sirve tener ingredientes sin saber cocinar. Las bajas de Abby Dahlkemper, Tobin Heath, Christen Press, Catarina Macario o Becky Sauerburnn no han ayudado lo más mínimo. Aunque tratándose de Estados Unidos no existe excusa para un equipo que con el balón se siente incómodo.


En 2019 Estados Unidos ganó los cuartos de final y semifinales sin dominar la posesión contra Francia e Inglaterra. En la vigente edición de 2023 la caída contra Suecia estuvo marcada por un dominio excesivo de balón sin saber qué hacer con él y esperando a que volviera a aparecer la calidad de Sophia Smith o Lindsey Horan para sacarlas de un apuro.
El debate es la raíz del fútbol pero en el caso de Vlatko no hemos tenido casi oportunidad de debatir con Ashley Sánchez y Kristie Mewis sin sumar ningún minuto en el Mundial. La eliminación de Estados Unidos estaba escrita en el destino, sino era contra Suecia hubiera sido contra Japón y en ese caso no hubiéramos hablado de una eliminación histórica sino también de un ridículo histórico. Mientras las japonesas se olvidan de las individualidades y realzan la fuerza del colectivo, todo lo contrario sucede en Estados Unidos, que muere poco a poco de éxito.
El fin de una era
Alex Morgan, Julie Ertz, Crystal Dunn, Alyssa Naeher, Megan Rapinoe o Kelley O’Hara, parece la perfección hecha fútbol y sí, lo fue en su día. Pero hoy toca despedirnos, por lo menos de Megan Rapinoe que ya ha anunciado su retirada del fútbol profesional. ¿Qué sería del fútbol femenino sin ella? La victoria mundialista de 2019 no fue solamente estadounidense, también de toda la lucha por los derechos de las futbolistas, y eso se lo debemos a ella. Brilló en el campo y fuera.

Junto con Marta Vieira, Rapinoe consiguió contagiar su sonrisa a toda una generación. Su puño cerrado y en alto en la lucha de todas. ¿Merecía una despedida mejor? Seguro, pero si Estados Unidos ha caído en este Mundial se debe en parte al crecimiento del resto de selecciones. Un crecimiento del que ella misma fue pionera hace cuatro años y del que hoy es víctima futbolística. La otra parte se debe al éxito que ha relajado y puesto punto final a una hegemonía cuyo legado será eterno, pero no así su fútbol y sus títulos.
Imágenes de Getty Images.