España pone rumbo a cuartos de final, tocada por la varita de Aitana Bonmatí que ya escribe los libros de historia

Una mañana de verano ha sido elegido como el momento perfecto para hacer historia y romper la barrera. Hacia mucho que los buenos días no eran tan especiales. Igual desde Sudáfrica, cuando ese balón en el minuto 116 convirtió el 2010 en un año inolvidable. Sin embargo, desde San Pere de Ribes, pueblo natal de Aitana, hasta el país entero, han amanecido con un ‘Bonmatí’ para el recuerdo, posiblemente el mejor.

Lejos, muy lejos, queda la versión de España contra Japón después de golear a Suiza en un partido donde el combinado helvético ha quedado anulado por completo. Un encuentro que ha premiado a los madrugadores, porque jugando a las 07:00 hora española, no podía empezar de otra forma que con el gol tempranero de Aitana Bonmatí.  La Selección ha notado el aliento de 43.217 personas, el récord de asistencia de la combinado español en un Mundial.

España ha mejorado indudablemente la versión contra Japón en la derrota por 0-4. Pero también aspectos que quedaban en duda durante todo el Mundial. Hoy se ha visto a un equipo que le da sentido a la posesión de balón, con el dinamismo y amplitud de Salma y Alba Redondo. Además de anular la mejor arma de Suiza, los contrataques, pese a que lo han intentado por mediación de Bachmann y Crnogorcevic. En pocas palabras, el único enemigo de la Selección han sido ellas mismas.

Teresa Abelleira sigue siendo imprescindible en los esquemas de España tras la ausencia de un pivote defensivo y con una convicción que le ha llevado a ser indiscutible para Vilda. La centrocampista de Pontevedra se ha convertido en la jugadora que más veces entra en contacto con el balón, dando así sentido y crecimiento a los ataques de la Selección a ritmo de “Mi Gran Noche”, la canción que suena en los estadios cuando España marca un gol. Y sí, también la canción que más veces ha sonado, porque la roja es el equipo más goleador del torneo con 13 tantos.

Bendita anécdota. Las manos a la cabeza y la incredulidad en el rostro de la afición española después del gol en propia puerta de Laia Codina. Un error que quedará para el recuerdo como chisme y no como catástrofe con la implicación de dos debutantes, Cata Coll y la propia Laia Codina, que posteriormente acabaría por redimirse anotando el 4-1 al filo del descanso. La propia Cata Coll ha reconocido entre risas que: “Después del gol quería matar a Codina, pero luego se ha quedado en una bendita anécdota” en declaraciones post-partido para RTVE.

Aitana Bonmatí ya carga con el peso de la Selección

En la Eurocopa se vio obligada a hacerse con el peso del equipo tras la lesión de Alexia, en el Mundial Aitana Bonmatí ha ido más allá. Sin que Alexia, Vilda o el propio peso de la eliminatoria pueda eclipsarla, ha acabado por exhibir un fútbol a la altura de pocas o ninguna, porque ya hay quien empieza a pedir el Balón de Oro para aquella niña de San Pere de Ribes que jugaba en el salón de casa con su padre y hoy hace del Eden Park su particular jardín de fútbol y diversión.

El primer gol de Aitana la ha hecho cumplir una función de líder. Romper el hielo y romper con los nervios y fantasmas que hicieran recordar el partido de Japón. Ante la posibilidad de volver a ver una Selección estéril de cara a puerta y sin gol durante el paso de los minutos, el tanto tempranero de Bonmatí aportado la confianza que tanto reclamaban las de Jorge Vilda, que nos volvieron a iluminar con ese fútbol tan excelso y particular.

Por otro lado, el segundo gol de Aitana es la firma de un poema a cámara lenta. Una de esas obras de arte por las que vale la pena pagar una entrada porque el fútbol en el fondo es un arte y su máxima expresión está en peligro de extinción. Con excepción de Bonmatí, que juega para sus compañeras, para el público y para pasar a la historia.

Baile de rotaciones

Tras la derrota contra Japón los ojos se centraron en Jorge Vilda y en la previa de los octavos de final contra Suiza, el técnico español ha desviado esas miradas al terreno de juego con un once titular repleto de rotaciones, empezando por la portería con la salida de Misa Rodríguez. Mientras que se han despedido de la titularidad también Alexia Putellas, Olga Carmona, Rocío Gálvez y Mariona Caldentey. 

Unos cambios que han llevado a Cata Coll a su debut con la Selección y a las azulgranas María Pérez y Laia Codina a su debut mundialista en el que ha sido precisamente el partido más importante en la historia del fútbol femenino español. Por lo menos el primero en confirmar sobre el terreno de juego el crecimiento del que tanto hemos hablado a través de cifras. No han faltado tampoco los nombres de Esther González y Jennifer Hermoso, experimentadas pero haciendo historia hoy igual que las más jóvenes. Su papel en el campo ha permitido atraer más rivales y brindar la libertad a las más jóvenes para que pudieran brillar. Así lo han demostrado Salma, Alba Redondo y como no, Aitana Bonmatí.

En un recuerdo no muy lejano queda la derrota contra Japón, pero la realidad es que la senda del fútbol femenino español está lleno de ‘pinchazos’ a la hora de estrenarse en una fase final. Sucedió en el Mundial de 2019 contra Estados Unidos cayendo en octavos y en la Eurocopa de 2022 cayendo contra Inglaterra en cuartos. Superar los fantasmas de Japón y superar el techo de cristal de no haber ganado nunca en una fase final. Una selección que si bien resuelve dudas, envía también un aviso de todo lo que es capaz. Aunque según la estrella, Aitana Bonmatí, todavía no hemos visto lo mejor: «Es la primera vez que pasamos y este equipo tiene mucho que decir».

Imágenes de Getty Images.