Por qué Jorge Vilda no es apto para esta Selección

La Selección Española sigue sin convencer a las puertas de los octavos de final con un Jorge Vilda siendo el primer señalado

Hacer una paella es fácil si sabes poner en orden los ingredientes y calcular el tiempo de cocción. Si te equivocas en algo, el resultado no puede ser muy bueno, aunque los ingredientes sean de primera calidad. Debes saber cocinarla muy bien para que tengas un plato perfecto. Pasa lo mismo en los equipos de fútbol, cada jugadora tiene su nivel, posición en el campo o aptitudes físicas. Pero si no conoces bien a tu equipo y no ordenas correctamente la forma de rodar el balón en el terreno de juego, los resultados nunca serán buenos. Jorge Vilda es como alguien al que le gusta la paella. Conoce los ingredientes, pero no sabe como prepararla. Mejor dicho. Es un aficionado al fútbol, entiende la manera de jugar, pero no sabe reflejarla sobre el verde.

Como cuando a un niño niño pequeño le das una caja nueva de un puzzle y se ilusiona por empezar a encajar pieza por pieza. Aunque a ese niño parece que no le enseñaron a hacer puzzles. Cada jugadora es una pieza, pero no sabe como tener una imagen clara de ese rompecabezas, porque hay trozos que se han perdido o porque quizá no ha querido hacerlos encajar a la perfección. Ahora mismo, la Selección Española es eso, un puzzle incompleto. Hay piezas que no encajan en el lugar y otras que deberían estar ahí para poder ver un resultado claro. Para poder llegar a pensar que el resultado de ese puzzle, el de la Selección incompleta, escondía una de las imágenes más bonitos de este Mundial.

Ese puzzle o esa paella ya veíamos que no iba a salir bien y que no tendría un muy buen resultado, pero no solo para este Mundial. Lleva años en la misma dinámica. El resultado se refleja en el toque final de cocción o en la imagen del puzzle. El toque final es el partido, el momento más esperado detrás de cada hora de entrenamiento. En los partidos amistosos previos vimos a un equipo contundente y con calidad de sobra, pero a la hora de la verdad, tras hacer oficial la convocatoria del Mundial, algunas jugadoras se quedaron a las puertas. Sin contar a las que ya no estaban. Bajas y un déficit de confianza que sigue sin disipar dudas.

El partido contra Japón fue esperpéntico. Las jugadoras no estuvieron presentes en el campo. Pareció que todo el esfuerzo se hizo en vano. Aunque la clasificación a la fase final ya era un hecho, la sensación para octavos de final no podría ser peor. Hemos visto a equipos levantarse tras una derrota igual o más contundente. El Mundial de las sorpresas. No obstante, y aunque en los partidos anteriores España sumó los tres puntos, se veía que las piezas no acababan de encajar. Como si Vilda quisiera dejar el puzzle para más adelante. Sin saber darle la vuelta a la situación, el equipo mantuvo su planteamiento inicial y las consecuentes malas decisiones.

Suiza y la innovación

A todos o casi todos nos gusta el chocolate, y dicen que el chocolate suizo es uno de los mejores del mundo. Tiene un carácter suave y cremoso que es resultado de una técnica innovadora. Justamente eso es lo que necesita nuestra Selección, cambiar la forma de jugar, innovar, pero ya es tarde, ahora no es momento para jugar a rotar las jugadoras como si de un futbolín se tratase. Para el partido ante Suiza, si no estamos al 100%, nos podríamos llevar un baño de chocolate suizo y no de los que gustan.

Aunque me duela un poco escribirlo, estaría bien que Suiza ganase el partido para que al fin vean que Jorge Vilda Rodríguez no es un entrenador apto para un equipo al que le queda grande. Las jugadoras tienen calidad de sobra para hacer lo que sea. Contamos con un equipo increíble y joven y con una camada de futuras promesas que recién se proclamó campeona de Europa en el torneo sub-19. Las estrellas que actualmente tenemos, podrían dejar de brillar si no les damos el cielo necesario para que luzcan. Y que a través de su brillo nos quedamos alucinados por la forma de relucir que tienen. 

Imágenes de Getty Images.