En Irlanda volverán a ver a un equipo en un Mundial más de veinte años después, y lo harán con el debut de las chicas

La selección de Irlanda será uno de los ocho equipos que debutará en la Copa del Mundo. Hasta ahora lo más cerca que habían estado de clasificarse para un torneo importante fue cuando alcanzaron los playoffs de la Eurocopa de 2009. Una eliminatoria a ida y vuelta ante Islanda las separaba del torneo continental. Después de empatar a uno en el primer encuentro, fueron las islandesas quienes se acabaron llevando el premio tras vencer con un contundente 3-0 en casa. Tras ese varapalo, en Irlanda necesitaban un cambio de rumbo para volver a poner el foco en su fútbol femenino. Y en 2019 ocurrió. La llegada de Vera Pauw ha permitido crecer a las ‘Green Army’. Pese a no clasificar para la pasada Eurocopa, el equipo puso su mente en romper con la maldición, y finalmente, podrán ser parte del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Para ello quedaron segundas en la fase de clasificación por detrás de Suecia tras una serie de buenos resultados, y se enfrentaron a Escocia en el playoff interconfederal. Un partido que se disputaría en el majestuoso Hampden Park y con dos selecciones de lo más igualadas. De hecho, las locales pudieron adelantarse con un gol desde los once metros, pero Courtney Brosnan, la guardameta del Everton nacida en Estados Unidos, se convirtió en heroína antes del tanto decisivo. Fue Amber Barret quien mandó el balón al fondo de las mallas, dejando fuera al combinado liderado por Caroline Weir. Un gol que dedicó a todas las víctimas que fallecieron en Creeslough, cerca de su natal Donegal, después de la explosión de una gasolinera. «Conocí a personas que murieron en la tragedia. No he sido capaz de ponerlo en palabras. Ha habido una melancolía sobre mí los últimos días”.

Tras aguantar el resultado hasta el final, Irlanda certificaba una clasificación de lo más deseada. El estallido de emociones fue álgido, hasta el punto de celebrarlo entonando el Celtic Symphony, un cántico popular símbolo del nacionalismo irlandés con una letra controvertida. «Ooh, ahh, up the Ra», hace la canción en referencia al Ejército Republicano Irlandés (IRA). Y es que tras un conflicto que duro más de treinta años y que dejó muchas heridas en la isla, todavía se recuerdan esos tiempos con cierto miedo y tabú. Es por ello que tanto la federación irlandesa (FAI) como la entrenadora Vera Pauw y las jugadoras Áine O’Gorman y Chloe Mustaki se disculparon públicamente. Ese cantico fue condenado por varios políticos norirlandeses, y la FAI recibió una multa de 20.000€. «He hablado con las jugadoras y sentimos colectivamente la pena que hayamos podido causar. No hay excusas», ha afirmado Vera Pauw.

Más allá de esa polémica celebración en los vestuarios de Hampden Park, en Irlanda llegan al Mundial con una imagen renovada. La federación hizo un cambio en su escudo, con una forma circular y con el regreso del trébol en su interior como principal motivo. Sin embargo, no parece que el equipo llegue en las mejores condiciones. Tras un gran 2022, donde lograron una gran racha de buenos resultados y porterías a cero, este año tan solo han conseguido ganar en una ocasión. Lo hicieron en un 3-2 contra Zambia, otra de las selecciones que debutará en el Mundial. Su último partido fue ante Francia días después, cayendo con un contundente 0-3. Además, el pasado viernes Irlanda debía verse las caras ante Colombia en el último partido de preparación, pero tras lesionarse Denise O’Sullivan a los veinte minutos, decidieron abandonar el campo debido a la dureza del juego rival.

Encuadradas con Australia, Canadá y Nigeria, un grupo donde impera la igualdad, las irlandesas deberán hacer gala de sus grandes dotes defensivos para tratar de dar la sorpresa. Y es que con Louise Quinn y Niamh Fahey en la zaga, y la ya mencionada Courtney Brosnan bajo palos, las de Vera Pauw destacan por contar con un profundo bloque que las ha llevado a mantener su portería intacta en gran cantidad de encuentros. No solo eso, en el ataque Irlanda sabe aprovechar sus jugadas a balón parado, convirtiéndolo en un equipo quizá menos vistoso que el resto, pero muchas veces efectivo. No es la fórmula favorita para todos los amantes del juego de combinación, pero sí que es un esquema que encaja con las características físicas de las jugadoras. “Tenemos que ser realistas. Sabemos jugar bien, pero eso empieza por no recibir goles”. Así lo define su entrenadora.

Por otro lado, una de las claves de Irlanda será el rol de su mejor futbolista y capitana Katie McCabe. La dublinesa fue nombrada jugadora del año en el Arsenal, y con 27 años, lleva portando el brazalete desde hace seis años. Sabe lo que es jugar como box to box, pero también cuenta con una amplia capacidad llegadora para generar goles y asistencias. En otras palabras, una centrocampista todoterreno, que incluso ocupa la posición de lateral izquierdo en muchas ocasiones con la siempre cautelosa Pauw. Junto a ella, Irlanda deberá esperar a conocer el estado de su goleadora Denise O’Sullivan. Con 13 goles y 11 asistencias, es otra de las jugadoras más destacadas del equipo, pero aún no se conoce el alcance de la lesión que sufrió en el último encuentro amistoso. Sin duda significaría una dura baja para el combinado.

Así llega Irlanda a un torneo de lo más especial para la isla. Con el futbol femenino menos desarrollado que en sus países vecinos, y es que muchas de las jugadoras dan el salto a Inglaterra e incluso a Estados Unidos, la llegada del Mundial permitirá crecer y expandirse, dando a conocer su futbol más allá de sus propias fronteras. Conseguir un buen resultado no será fácil, pero cabe destacar que tienen mimbres para dar la sorpresa. Otra cosa será la experiencia, factor clave en torneos de tanto calibre. Quizá ese será su principal punto débil, pero en Irlanda llevan más de veinte años sin ver a un equipo suyo en una Copa del Mundo. La última participación en un Mundial del equipo masculino fue en 2002, por lo que la ilusión puede con todo.

Imágenes de Getty Images.