El Barça se proclamó campeón de la Supercopa de España femenina por segunda vez consecutiva, pero las miradas recayeron sobre la RFEF

Un día más, de lo que menos se habla tras la consecución de un partido de fútbol femenino es de, precisamente, fútbol. El FC Barcelona demostró que sigue dominando el panorama nacional con la victoria de ayer ante la Real Sociedad. Un triunfo victoria que significó el primer título de la temporada para las jugadoras de Jonatan Giráldez. El partido del Barça, el planteamiento de la Real Sociedad de Natalia Arroyo o el doblete de Aitana Bonmatí estaban destinados a ser los principales temas de conversación entre los aficionados una vez finalizado el encuentro. No obstante, fue una de las imágenes de la celebración la que acaparó todas las miradas: las jugadoras colgándose sus propias medallas.

El punto de mira estaba puesto sobre esta cita desde antes, teniendo como tema principal la Selección Española y el conflicto de «las 15». Si el Barça, claro favorito, conseguía hacerse con el título, tendría que recoger el trofeo de manos de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Además, bajo la atenta mirada de Jorge Vilda, seleccionador nacional. Misma situación podría ocurrir con varias jugadoras de la Real Sociedad. Con cámaras en frente, esta era quizá la primera vez que coincidía Vilda con algunas de las jugadoras que no están yendo a la selección.

Aun así, el asunto pasó desapercibido, ya que lo que acapararía toda la tención ocurría después. «El FC Barcelona ha ganado la Supercopa y cuando ha llegado la entrega de medallas… ¡han tenido que cogerlas ellas mismas!», publicaba la cuenta de Tiempo de Juego en un tuit que acumula cerca de medio millón de impresiones. Las respuestas, fuesen de alguien que sigue el fútbol femenino o de alguien ajeno, coincidían. Nadie era capaz de creerse que, en una competición como la Supercopa de España, las futbolistas estuviesen recogiendo sus medallas de una mesa puesta sobre el césped. Más que una competición profesional, parecía un torneo de alevines. Como consecuencia, las quejas se trasladaron a la RFEF.

La Federación trató de justificarse horas después

La versión de dicha entidad no la conoceríamos, de manera oficial, hasta las 22:00. A través de un comunicado, la RFEF aclaraba que «de acuerdo con los protocolos de premiación de la RFEF, y teniendo en cuenta tanto el elevado número de representación institucional, así como las infraestructuras para el acceso al palco desde el césped del estadio, el departamento de Protocolo decidió activar la ceremonia de entrega en el palco de la misma manera que se lleva cabo en la Copa del Rey: entrega de la Copa a la capitana del equipo campeón y entrega de medallas al equipo vencedor en césped/vestuario». Esto contrasta con lo que vimos en la Supercopa masculina. En ella, Rubiales sí bajó al césped para entregarle las medallas a jugadores de Barça y Real Madrid.

¿Por qué no se aplica el mismo procedimiento en la Supercopa masculina y femenina? Si la infraestructura no es adecuada para la correcta celebración de la cita, ¿no se debería elegir una sede que cumpla esas condiciones? Todo el mundo consideraba esta justificación insuficiente. El «apoyo» de la RFEF al fútbol femenino español, de nuevo en entredicho.

Imagen: RFEF

Lo que no puede ser es que, cada vez que se habla del fútbol femenino, se hable de una nueva polémica. Si el objetivo es atraer a más gente al futfem, con esto lo único que se consigue es lo contrario. Una persona externa que ve como semana sí semana también, lo que envuelve el fútbol femenino español son los problemas, no va a querer introducirse en este mundo, ya que ve todo menos fútbol. Si esto no se trata de manera profesional, la gente de fuera lo seguirá viendo como algo que no es serio. Además, con razón, ya que hay veces que no lo parece, y hay gente que ha luchado lo suficiente como para que esto no ocurra.

Luis Rubiales, al que se le veía atento al móvil en una de las veces que le enfocaron durante el Barça – Real Sociedad, debe atender la llamada del fútbol femenino si quiere mejorar su imagen, ya que parece estar quedándose muy atrás. Además, tiene suerte de que solo haya sido lo de las medallas, porque hay muchos problemas en comparación con sus aciertos en el fútbol femenino. Las victorias en las inferiores de la Selección no son suficientes si más tarde hay conflictos con las árbitras, en la Selección Absoluta y en sus competiciones. Y esto, por supuesto, nos lleva de nuevo al problema de «las 15». Con esta Supercopa, más gente se da cuenta de que, lo que piden tales jugadoras, no es tan descabellado. El fútbol femenino español merece algo mejor, merece ser profesional y, sobre todo, merece respeto.

Imágenes de FCB Femení.