La caída de Escandinavia

En los últimos años, los equipos de países nórdicos han bajado mucho el nivel en Europa, pero había una época en la que eran los dominadores
Cuando hablamos de la historia del fútbol femenino en Europa, siempre hay que tener en cuenta a la península de Escandinavia. Noruega o Suecia apostaron mucho antes por el deporte femenino que los países del sur. También Finlandia, aunque de una forma más tímida ya que no hay tanta tradición futbolística. Con esta apuesta, los números hablan por si solos, y es que en todas las competiciones internacionales femeninas des de que se iniciaron a mediados de los 80, en los inicios siempre había un equipo nórdico peleando por el título. Pero a pesar que a nivel de selecciones su presencia en fases finales sigue siendo muy alta, a nivel de clubes ha bajado una barbaridad.
En los inicios de la Champions, cuando aún se llamaba Copa de la UEFA, los equipos nórdicos tenían mucha presencia. Probablemente la más destacada fuese la del Umea, campeón de la copa en dos ocasiones, además de manera consecutiva, en 2002/03 y 2003/04. En esos primeros años, el Umea llegó a disputar cinco finales de la máxima competición continental. Siendo el tercer equipo que más finales ha disputado, aún a día de hoy. También le acompañaron en algunas finales equipos como el Fortuna Hjörring (Dinamarca) o el Djurgardens.

Las primeras no se han clasificado para la presente edición de la Champions, y en sus últimas presencias su juego no ha sido más que un mero trámite para sus rivales. Una de sus últimas actuaciones fue en 2021, con un marcador global de 0-9 frente al Barça en octavos de final. Mientras que el Djurgardens hace 17 temporadas que no se clasifica para la máxima competición continental. Incluso llegó a descender a la segunda división sueca en 2013.
Un presente con poca presencia nórdica en la Champions
De esos años cuando los equipos de Escandinavia dominaban el fútbol femenino europeo estamos hablando en los inicios de la competición. Para volver a encontrar un equipo nórdico en una final de la Champions hay que avanzar hasta la 2013-14. Cuando el Tyreso perdió contra el Wolfsburgo en Lisboa. Pero ya han pasado 8 años de aquello. Esta temporada el único equipo nórdico que se ha clasificado ha sido el Rosengard, como campeón de la liga sueca. Una competición considerada de las mejores de Europa y aún así su campeón ha pasado por la Champions con más pena que gloria. Ni un solo punto, 3 goles anotados por 20 goles en contra. Lo que deja en evidencia que lo que antes era toda una potencia del fútbol mundial, ahora parece ser un equipo que no pone en muchos problemas a sus rivales.
Finlandia, un paso por detrás
Comparado con Noruega y sobre todo Suecia, el país finlandés se encuentra varios peldaños por detrás en cuanto al auge del fútbol femenino. El pasado verano vimos a la Selección competir en la Eurocopa, y aunque no consiguieron sumar ningún punto durante la fase de grupos, supuso el regreso en el torneo continental tras ausentarse en 2017. Con emblemas como Sanni Franssi, Eveliina Summanen y Tinja-Riikka Korpela, el nivel del combinado nacional también dista del fútbol de clubes. El Åland United es el equipo más laureado del país, pero sus incursiones europeas no han sido fructíferas.
Y no será por el éxito de estos países a nivel de selecciones. En la Eurocopa de 2013, llegaron a semifinales Noruega, Suecia y Dinamarca. Y estas últimas volvieron a llegar a la final en 2017. En la última Euro, Suecia llegaba como medalla de plata olímpica y tercer puesto en el último Mundial, y logró estar en semifinales. Además, estos países cuentan con varias de las mejores jugadoras del continente: Pernille Harder, Caroline Graham Hansen, Ingrid Engen, Fridolina Rolfö, Kosovare Asllani, Magda Eriksson… Pero parece que este grandísimo éxito nacional del fútbol femenino no se traslada a nivel de clubes.

Bien es cierto que las cifras en estadios han crecido y que el fútbol nórdico, especialmente el sueco y el noruego, siguen siendo una de esas cunas de jóvenes promesas. El último caso es el de Hanna Bennison. La futbolista del Everton llegó a Inglaterra por una cifra en su momento récord procedente del Rosengard. A sus 20 años, es uno de los nombres más interesantes de esta nueva camada de futbolistas escandinavas, que también cuenta con Elisabeth Terland, Julie Blakstad y Celin Bizet en el cuadro noruego. Así que a pesar de que los años dorados del fútbol femenino en Escandinavia se han desvanecido, detrás se esconde mucho potencial que supone talento para los grandes equipos europeos.