Rosengard, fruto de los viejos tiempos

El Rosengard cerró el año con una especial visita al Camp Nou a pesar de caer goleadas y con margen para volver a pelear ante los grandes de Europa en temporadas venideras
El crecimiento del fútbol femenino en Europa ha alejado a Suecia del mapa a pesar de su enorme legado como impulsora de este deporte. Las dos Champions ganadas por el Umea (2003 y 2004) y los éxitos de su selección tanto en el Mundial como en la Eurocopa se han desvanecido con la evolución de equipos como Barcelona, Olympique de Lyon y Wolfsburgo en el continente. Aun así, el fútbol vikingo sigue recordando esos éxitos y pretende reescribir su historia. Hablamos de uno de los países que más pasos adelante ha dado durante los últimos años para fomentar la igualdad y que en su momento fue capaz de atraer a futbolistas de mucho nivel. Ahora, sin tanto reconocimiento internacional, ve como sus representadas cumplen sueños tal y como le sucedió al Rosengard en su visita al Camp Nou.

El equipo dirigido por Renée Slegers cerraba la fase de grupos de la UWCL con una visita al siempre complicado Camp Nou. No fue para menos en esta ocasión y el cuadro blaugrana goleó con un contundente 6-0. Las suecas se despedían de Europa sin puntuar y con la sensación agridulce de pisar el césped delante de 28.720 aficionados en la víspera de las vacaciones navideñas. Aun así, la historia del Rosengard le convierte en un equipo capaz de alzar el vuelo para asentarse en la élite europea. Todo dependerá de si son capaces de retener el talento, porque tener, lo tienen.
Abanderando el fútbol sueco
Fundado en 1970 como la sección femenina del Malmö FF, el equipo fue escalando poco a poco, y dos años después de la única Eurocopa ganada por Suecia (1984) bajo el liderazgo de Pia Sundhage, levantaron su primer título liguero. A partir de entonces llegó la primera época dorada del club. En apenas cinco años ganaron cuatro ligas con Lena Vikedull como una de las grandes estrellas tanto del equipo como de la Selección. La irrupción de Älvsjö y Umea terminó con su dominio a pesar de no bajar de la segunda posición durante siete temporadas consecutivas. Y de repente, nace la Champions League.
Con la llegada de una competición europea en cuanto a clubes, el fútbol sueco alcanzó su cumbre gracias al rendimiento del Umea. Además de ganar dos títulos, también fue finalista en tres ocasiones distintas. Un techo al que el Malmö no fue capaz de llegar, quedándose en la temporada 2003/04 en las semifinales tras ser eliminadas por el Frankfurt. De hecho, los equipos alemanes serían protagonistas de las derrotas más duras del club. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos.

Ese Malmö cayó durante varias temporadas en el olvido, y no sería hasta 2010 que regresarían a la senda del triunfo. Tres años antes, el equipo había iniciado un cambio de marca, incluyendo un cambio de camisetas, logotipo y nombre: LdB FC Malmö. Eso significó la separación por completo del Malmö FF y la creación de un nuevo club tras un acuerdo de patrocinio con la firma sueca de cuidado de piel Lait de Beauté (LdB). Junto a ese cambio llegaron las clasificaciones europeas y los títulos de liga se sucedieron (2010, 2011, 2013, 2014 y 2015). Aun así, el techo en Champions fueron los cuartos de final durante siete temporadas distintas. Curiosamente, en cuatro de ellas, un equipo alemán estuvo detrás de su eliminación.
Un partido memorable
Frankfurt y Wolfsburgo, cada uno por partida doble, dejaron al equipo sueco sin opciones. En una de esas temporadas, la 2014/15, el equipo se quedó a nada de clasificar empatando 4-4 ante el Wolsfburgo. Las suecas empataron a domicilio 1-1 en la ida, pero en la vuelta el 3-3 en el marcador permitió a las alemanas clasificar gracias al valor de los goles fuera de casa. Un partido que llenó el estadio con 6.000 aficionados, la asistencia máxima hasta el momento en Suecia.

Ese Rosengard estaba plagado de grandes futbolistas, sobre todo en la parcela ofensiva: Martha, Ramona Bachmann, Gunarsdóttir y Anja Mittag. En el otro bando, lideraba una experimentada Alexandra Popp (que marcó doblete), y como revulsivo, una joven Lina Magull. Fue un bonito enfrentamiento entre dos de las grandes delanteras del momento, pero como dijo Gary Lineker, al final siempre ganan las alemanas.
Durante esa segunda época dorada, el equipo se fusionó en 2013 con el Rosengard 1917, adoptando desde entonces el nombre y el cual mantiene en la actualidad. En 2019, lograron levantar un nuevo título liguero, y un año después, volvieron a alcanzar los cuartos de final de UWCL. De nuevo, Alemania se impuso y el Bayern de Múnich fue verdugo del conjunto sueco. El último gran resultado de un Rosengard que la pasada temporada no fue capaz de clasificar a la fase de grupos, nuevamente eliminado por un equipo alemán, el Hoffenheim. En este 2022 debutaron por primera vez, a pesar de no sumar ningun punto. Y como si alguien lo hubiera escrito en un guión, se encontraron de nuevo con el cuadro bávaro.
Leyendas: de Ibrahimovic a Martha
“Puedes salir de Rosengard, pero Rosengard no sale de ti”. Una frase que reposa encima de uno de los tuneles que cruzan este conflictivo barrio en la ciudad de Malmo y que fue cuna de una de las grandes leyendas suecas: Zlatan Ibrahimovic. Hijo de padre bosnio musulmán y madre croata católica, Ibra se crio en el barrio de Rosengard, una zona poblada en su mayoría por minorías que en estos últimos años ha sido escenario de varios enfrentamientos violentos entre pandillas y autoridades. Allí forjó su duro carácter jugando para el Balkan FC antes de terminar en la cantera del Malmö, donde se convirtió en el futbolista más caro tras ser vendido al Ajax por nueve millones de euros. El resto es historia.

“Aquí muchos niños saben quién es el Rey de Suecia, pero todos conocen a Zlatan”
Ivan Milosevic, quien jugó con Zlatan en el Balkan, un equipo formado por inmigrantes yugoslavos.
Un barrio que no solo conecta a Zlatan con el mundo, sino que con una de las mejores jugadoras de la historia: Marta Vieira da Silva. La delantera brasileña, actualmente futbolista de Orlando Pride, jugó para el cuadro sueco entre 2014 y 2017. Anteriormente, ya había vestido la camiseta del Umea, donde se dio a conocer a nivel mundial y consiguió levantar una de las dos Champions League del equipo. También lo hizo para el Tyreso antes de llegar al Rosengard, coincidiendo con Vero Boquete y Jenni Hermoso. Un país que se le ha dado muy bien y en el que ha ganado un total de 13 títulos entre Ligas, Copas y Supercopas.

Pero además también han pasado por el equipo jugadoras como Andonova, Gunnarsdóttir, Lieke Martens, Celia Jiménez, Hedvig Lindahl, Ella Masar y Pamela Tajonar. Pero sin duda, el nombre que más se ha destacado ha sido el de la joven promesa Hanna Bennison. La internacional con Suecia fichó en 2021 por el Everton procedente del Rosengard en una operación de más de seis dígitos. Todo un récord en el fútbol femenino.
Como un examen de matemáticas
El partido ante el Barcelona cerró la temporada para el cuadro sueco. Como ya conocemos en las ligas escandinavas, las competiciones nacionales se disputan en año natural, y en el caso del Rosengard, este 2022 han podido levantar tanto la Liga como la Copa. Dos títulos para mantenerse en lo alto por segundo curso consecutivo a pesar de la decepción en Europa. El equipo disputó la fase previa de UWCL ante el Brann con la liga prácticamente en el saco. Tras empatar 1-1 en el encuentro de ida a domicilio, se impusieron por 3-1 en la vuelta gracias en un partido donde dominaron de principio a fin. A partir de entonces, tocaba el duro reto de debutar en la fase de grupos ante rivales de mucho nivel como Barcelona y Bayern, además de un Benfica en gran estado de forma.

Las sensaciones en Europa han dejado mucho que desear. Tras seis derrotas en seis partidos, el equipo encajó 20 goles y solo marcó 3 goles. Solo Vllaznia y Zurich tienen peores números. Eso sí, el equipo fue capaz de competir de tú a tú en sus visitas a Bayern (2-1) y Benfica (1-0). Además, tuvieron tramos de partido con mucha igualdad jugando como locales. Precisamente, el encuentro donde más superadas se vieron fue en su visita al Camp Nou. Esto decía Emma Berglund al término del partido para Fotbollskallen: “Fue como un examen de matemáticas difícil que no se aprueba, pero será una gran lección para las futbolistas más jóvenes”.
El encuentro nos dejó el nombre de Angel Mukasa. La guardameta de 20 años realizó un primer tramo de partido excelente sosteniendo al equipo en las embestidas blaugranas. Aun así, el peso del ataque blaugrana hizo mellas a un Rosengard incapaz de salir al ataque. Jugadoras como Mia Persson en el centro del campo y Olivia Schough en la banda dieron aire en varias acciones, llevando a las suecas a campo rival con juego directo y verticalidad. Aun así, la zaga local se reafirmaba en cada recuperación. Precisamente las cuatro defensoras terminaron el partido marcando gol, un dato bastante insólito.

Junto a ellas, la finlandesa Ria Öling cumplió con nota en el lateral derecho, y eso que delante tuvo a la insaciable Fridolina Rolfö. No tuvo la misma suerte la referente ofensiva. Partido poco vistoso para Loreta Kullashi en un contexto de lo más complicado ante jugadoras como Mapi León e Irene Paredes. Pero sin lugar a dudas, para el Rosengard fue una pena el no poder contar con una de sus leyendas, Caroline Seger. La centrocampista de 37 años pudo jugar dos encuentros en UWCL, pero no ha podido completar el año tras lesionarse en el tramo final. “Sufrí por la situación de Seger, porque nunca sabes si volverás a tener la oportunidad” comentó su compañera Berlung.