La otra Argentina olvidada

Argentina se ha convertido en el epicentro del fútbol, un país que respira pasión y décadas de historia en el fútbol femenino
Argentina, nueve letras que mueven 45 millones de pasiones. No me atrevo a explicarlo de otra forma porque como ellos dicen “no lo vas entender”. El país donde nacen los extraterrestres futbolísticos. La albiceleste se ha coronado como campeona de su tercer Mundial tras 36 años de historia con un Leo Messi que acapara todas las miradas y permanecerá las retinas de los aficionados por los siglos de los siglos.
¿Pero, qué hay de ellas? Porque en un país donde la selección nacional es tan apoyada se ha dejado a un lado a la selección femenina durante el paso de los años. Cuando Diego Armando Maradona ‘campeonaba’ en el 86 ellas todavía eran inexistentes. Hoy, mientras Messi toca el cielo de Lusail, nuestra protagonistas preparan en la sombra el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. El próximo 2023 Argentina disputará su cuarto Mundial y se cumplirán 100 años del primer partido del que se tiene registro en el fútbol femenino argentino.

Junto con Colombia y Brasil, Argentina será una de las tres selecciones de América del Sur en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023. En el Mundial anterior, en 2019, la albiceleste alcanzó el primer punto de su historia en una cita mundialista tras un vibrante empate a tres ante Escocia. Su tercera participación mundial. ¿Qué tendrán los 3-3 que tanto gustan a los argentinos?
El empate ante Escocia significó también un paso firme en el avance del fútbol femenino en el país. Hasta 1.600.000 llegaron a ver el partido por televisión a nivel nacional según cifras del diario Olé. Además la albiceleste volvía a un Mundial tras 12 años. Los anteriores fueron en 2003 y 2007 con el fútbol femenino en un plano inexistente en la sociedad.
Los primeros pasos
Diarios nacionales como ‘La Vanguardia’ o ‘Crítica’ dejaron constancia del primer partido femenino en Argentina. Buenos Aires albergaba ante 6.000 personas el primer duelo entre dos equipos femeninos: argentinas y cosmopolitas. Esto sucedió en 1923 con la mujer jugando un rol prácticamente inexistente en el deporte de contacto. Aquel 13 de octubre quedará para siempre grabado en los recortes de periódico con unos números que contrastan con los 23.000 aficionados que logró congregar Belgrano en su campo el pasado mes de octubre, una cifra para la historia y que supera los 18.000 que llegaron acumular las guerreras de Boca Juniors pocos meses antes en La Bombonera.

En un período marcado por la Segunda Guerra Mundial, el fútbol femenino argentino no volvió a levantar noticias hasta la década de los 50 cuando Lucila Sandoval fundó la asociación de ‘pioneras’ para fomentar su práctica en el país. El Club Atlético Tigre y su estadio fueron testigos del primer partido femenino televisado en 1964.
El fútbol argentino y sus nexos de unión

Diego Maradona y su familia tenían mucha más relación con el fútbol femenino de la que pensamos. 1986 fue un año mágico para los Maradona, más allá del Mundial de México, porque la madre de Diego, también conocida como “La Tota”, se convirtió en madrina de honor en la Asociación Argentina de Fútbol Femenino (AAFF), la cual organizó varios torneos no oficiales hasta desaparecer cinco años más tarde para que la AFA tomará las riendas del fútbol femenino.
La década de los 90 fue sin duda el primer paso para dejar constancia del fútbol femenino argentino en los registros. La selección nacional disputó su primer partido reconocido por la FIFA, el rival, Chile, un 3 de diciembre de 1991. Ese 1991 cambió la historia del fútbol femenino argentino y Mundial. En Estados Unidos se disputó el primer Mundial femenino reconocido por la FIFA y en Argentina echó a rodar la primera liga de fútbol femenino que constituía de 8 equipos. Clubes como Boca Juniors, Independiente o River Plate se estrenaron en una liga en la que siguen dando guerra a día de hoy. En la temporada de 1994 y 1995 se constituyó el récord de la liga femenina con menor número de equipos, no más de 6.
Asentar las bases
La liga de fútbol femenino argentino fue una liga fantasma durante 26 años, el escaso número de equipos hizo que hasta 2016 no se pudiera crear una segunda división por tanto hasta ese año no llegaron los ascensos ni descensos. El crecimiento fue tal que en 2020 sólo 2 de los 24 equipos de la liga masculina; Patronato y Arsenal de Sarandí no contaban con sección femenina. Boca Juniors es actualmente el equipo más laureado con hasta 26 títulos a su espalda.

Desde entonces hasta el año 2003 se jugaron partidos sin gran importancia. El protagonismo del fútbol femenino en el país era inexistente. Incluso llegando a debutar ese mismo 2003 en su primer Mundial aunque sin pena ni gloria. En 2008 se logró otro paso histórico como el debut en unas olimpiadas. El crecimiento del fútbol femenino argentino quedó suspendido en el aire entre las temporadas del 2008 y 2010, todo se frenó en seco en un período de tiempo en el que no se registraron partidos oficiales.

A raíz de ese momento el fútbol argentino frenaba en seco su rendimiento. La llegada de Carlos Borrello significó un paso atrás para un crecimiento que se pintaba como imparable y que ahora evitaba el propio entrenador ‘tirando piedras sobre su tejado’.
La hazaña de México 71
Antes de que la FIFA tomará el Mundial femenino como suyo en la década de los 90, el Mundial de México en 1971 nos dejó una historia capaz de ser el primer gran torneo femenino pero a la misma vez un punto de inflexión para Argentina y su falta de recursos en clave futbolística.
México volvió a demostrar su arraigo con el fútbol lanzándose a las calles y llenando los estadios en un Mundial femenino, no importaba el género, sólo disfrutar. Quizás el hecho de apoyar con semejante efusividad una Copa del Mundo implicó algo de debate en suelo azteca, pero la realidad es que se encargaron de convertir por primera vez a las jugadoras en estrellas.

Y sí, estrellas por el trato recibido por la gente pero no por parte ni de la FIFA, que no participaba en aquel Mundial ni lo reconoce en sus anales históricos, ni mucho menos apoyo por parte de la AFA. Argentina viajaba a su primer gran torneo. En cualquier otro caso hablaríamos de la expedición albiceleste o un adjetivo similar pero en aquella ocasión viajaban solamente las jugadoras.
“Pasamos de jugar en los Potreros a jugar en el Estadio Azteca, donde del césped nos tocaba los tobillos”
Maria Ponce, ex jugadora de Argentina en 1971
Argentina se plantó en México sin cuerpo técnico, sin botas y ni siquiera equipación. Era una Copa del Mundo a la que selecciones como Dinamarca que terminó campeona llegaban con un ‘Staff’ entero y subvencionadas por su propia federación. En Argentina el caos y el desorden se llevaban a niveles superiores, se plantaron en la Ciudad de México para debutar ante las anfitrionas.
A diferencia de las argentinas, las mexicanas no solamente tenían a su gente, también tenían entrenador y equipaciones oficiales. Argentina disputó su debut oficial en el 71 sin entrenador y con camisetas prestadas por la federación mexicana. El resultado final fue de victoria para las ‘tri’ tal y como se preveía para seguir alimentando los primeros resquicios de pasión que levantaba el fútbol femenino en el país. La imagen en el banquillo argentino era de vacío de poder, sin entrenador, totalmente dantesca.
Tras el término de la derrota ante México, durante la noche de hotel, llegó Norberto Rozas, ex jugador profesional mexicano. Este se ofreció a ayudar desde el banquillo a las jugadoras que llegaron al Mundial sin un referente que las ordenara tácticamente y como sí de un ‘potrero’ se tratase, sin entrenador.

Con entrenador en el banquillo llegó la primera victoria de Argentina en un icónico 4-1 ante Inglaterra. La llegada del técnico mexicano dejó surtir su efecto con cuatro goles de Elba Selva. Un 21 de agosto las argentinas firmaban su primera gran hazaña, perdían en recursos pero ganaban en el campo. La fecha ha quedado enmarcada para la historia: el 21 de agosto es considerado en Argentina el día de la mujer futbolista.
En el encuentro siguiente las de Norberto Rozas cayeron por 5-0 ante Dinamarca. Las danesas vencieron a México en la final ante un Estadio Azteca lleno hasta la bandera, un antes y un después en el país que por desgracia se convirtió en un momento puntual en la cronología del fútbol femenino mexicano.
En el diario argentino, ‘Clarín’ el periodista uruguayo Diego Lucero protagonizó una de las pocas informaciones acerca del Mundial de México ‘71’ que dejó citas como: “Esto sólo es cosa para varones de pelo en pecho y galladura fuerte”. Sin embargo, cerró: “90 mil tabloneros van al Azteca a hacerse el plato con ellas”. Palabras que reflejan el ruin trato que recibían las jugadoras argentinas. Aquellas letras sobre el Mundial de 1971 se abrían con un titular: «El fútbol no es para chuchis».

El abismo argentino
Argentina se ha convertido en toda una máquina de generar ingresos durante el Mundial de Qatar. Entradas a precios desorbitados, vuelos a Qatar… Incluso la marca Adidas confirmó que las camisetas de Leo Messi se llegaron a agotar. No obstante, la otra cara de la moneda nos deja una liga lejos de la profesionalidad que empezó a funcionar tal y como la conocemos en 2019.
21 equipos en una Primera División de calendario comprimido y que tampoco logra un gran renombre a nivel internacional cuando hablamos de fútbol femenino argentino. Aunque la liga y su semi-profesionalización son algo reciente, como los triunfos de la ‘Escaloneta’, clubes como Boca Juniors o River Plate pueden presumir de unas secciones femeninas que empezaron a funcionar en la década de los 90.

El sueldo mínimo de la liga semiprofesional de fútbol femenino es de 37.000 pesos, que queda en 30.000 netos, lo que se traducen en unos 130 dólares. En una liga todavía lejos de la profesionalidad el hecho de que todas las jugadoras perciban un sueldo es algo reciente de la era post-pandemia.
La AFA ha iniciado un proyecto para que en 2026 todas las jugadoras cuentan con un contrato profesional. Cuando empezó el ruedo de la liga hace ya tres años, el mínimo de jugadoras con contrato en el plantel era de 12, ahora el número se fija en 15, algo que por el momento cumplen todos los elencos de la competición.
Todas para una, una para todas
Con sueldos por debajo de la media del país y jugadoras sin cobrar nació la iniciativa del ‘pozo común’. Las futbolistas de un mismo equipo juntaban todos sus cobros sin importar la que más, la que menos o la que no percibía ningún sueldo. A partir de ahí ese pozo se dividía a partes iguales entre todas las jugadoras del plantel.
¿Algo positivo? En un mundo como el fútbol femenino donde siempre solemos tildar de quejas todo aquello que tiene que ver con sueldos no todo es tan malo en Argentina, donde ningún club tiene reclamaciones por pagos tardíos. La propias jugadoras reconocen que se paga a tiempo. Algo que por desgracia no debería ser noticia pero que ni siquiera en el fútbol europeo se respeta.