La gran maldición del fútbol femenino se apodera de Beth Mead, que se une a una larga lista de futbolistas tocadas por la lesión de ligamento cruzado anterior en vísperas del Mundial de 2023

Una de las peores noticias de la pasada Eurocopa fueron las lesiones de varias jugadoras debido a roturas del ligamento cruzado anterior. Sin lugar a dudas, el nombre más sonado fue el de Alexia Putellas. La mejor futbolista del mundo (lo avalan sus dos Balones de Oro) no pudo acompañar en el césped a la Selección Española tras causar baja pocos días antes del debut ante Finlandia. Baja dura e inesperada que mantiene a la atacante blaugrana en pleno proceso de recuperación en vistas al próximo Mundial.

No fue la única futbolista en sufrir dicha lesión. Marie-Antoinette Katoto, la principal estrella de Francia, vio como en su segundo partido, frente a Bélgica, tenía que abandonar el terreno de juego. Otra dura noticia, ya que había empezado el torneo marcando gol en su estreno ante Italia. A ella le acompañó Simone Magill, recién fichada en ese entonces por el Aston Villa y una de las encargadas para liderar a Irlanda del Norte. La atacante acabó sustituida en la goleada recibida ante Noruega.

En la Women’s Super League encontramos a varias futbolistas que también están sufriendo el calvario como Chantelle Boye-Hlorkah (Aston Villa), Jessica Ziu (West Ham United), Ellie Brazil y Kyah Simon (Tottenham) y Dzsenifer Marozsán, Catarina Macario y Ellie Carpenter (Olympique de Lyon). Pero la lista se hace interminable si sumamos las bajas de estos últimos meses. Pese a estar ya recuperadas, todas ellas vivieron el proceso de recuperación en las últimas temporadas: Nadia Nadim (Racing Louisville), Giulia Gwinn (Bayern de Munich), Malena Ortiz (Servette), Rosa Márquez (Real Betis) o Alejandra Esefanía (Athletic Club).

Y la cosa no acaba aquí. Hay que hablar de un caso concreto, el Barcelona. La entidad blaugrana ha visto como varias de sus jóvenes promesas sufrieron la misma desdicha durante los últimos diez meses. Jana Fernández y Cata Coll estuvieron gran parte de la pasada temporada de baja, mientras que Bruna Vilamala, recién regresó tras recuperarse al cien por cien. De hecho, lo hizo el pasado fin de semana en la goleada ante el Alavés. Incluso Asisat Oshoala sufrió una lesión similar en la rodilla, aunque sin tanta trascendencia como sus compañeras.

Ahora le ha tocado a Beth Mead, número dos del mundo, que cayó lesionada en la anterior jornada liguera. La delantera del Arsenal y MVP de la Eurocopa con Inglaterra tuvo que abandonar el enfrentamiento ante el Manchester United en un Emirates Stadium lleno hasta la bandera. No fue plato de buen gusto, y mucho menos tras la derrota de su equipo por 2-3. El Mundial peligra para una jugadora que nos regaló un verano increíble y que estaba liderando a las “Gunners” a base de goles y asistencias. 13 y 13 fueron sus números la pasada temporada respectivamente.

¿Pero, por qué hay tantas roturas de cruzado en el fútbol femenino? Las estadísticas nos dicen que las futbolistas son más propensas a sufrir una rotura de ligamento cruzado. Eso sí, todavía falta investigar en profundidad sobre la materia. Varios motivos se ciernen en la causa, como por ejemplo los aspectos anatómicos y hormonales. Estudios como el realizado por Barça Innovation Hub sobre la gestión de lesiones detallan cuáles son los riesgos y sobre el proceso de recuperación.

Se trata de una lesión producida a un movimiento brusco en el momento de flexionar la rodilla. El fútbol no está exento de acciones de este tipo, y en el caso de la mujer, generalmente se es más propensa debido a la forma de la pelvis. Esta se encuentra más abierta en comparación con los hombres, lo que provoca que en el eje entre fémur y tibia la rodilla se desvíe hacia dentro. A partir de aquí, un fallo neuromotor podría favorecer a su ruptura, lo que en la mayoría de casos provoca de entre 9 a 12 meses de baja.

A ello hay que sumarle la activación musculatura isquiotibial para dar un punto de estabilidad en la rodilla. Según los estudios, en el sexo femenino, esta activación se sucede unos milisegundos más tarde que en los hombres, lo que provoca mayor fallo. Dos factores físicos en los que se está intentando incidir de forma prematura para evitar este tipo de lesiones. Pero también encontramos factores hormonales a tener en cuenta. Aunque los estudios todavía no son claros en este aspecto, los cambios de ciclo menstrual pueden aumentar el riesgo.

Estos factores a día de hoy se controlan mucho más. Aun así, en el fútbol femenino, donde son pocos los equipos con buenos recursos económicos, se puede llegar a complicar su gestión. Más allá de la recuperación física, también hay un desgaste psicológico muy grande, y con el miedo a la recaída acechando. Una lesión ‘maldita’ que tiene como referente a Alexia Putellas, que no se olvidó de dar ánimos a Beth Mead en un bonito gesto protagonizado en redes sociales. Compañeras de deporte y ahora de lucha. El Mundial las espera.