Selección Española: días grises y un futuro negro

Una de las grandes generaciones de la Selección Española pasa por una de las mayores crisis que ha vivido el fútbol femenino
Se ha hablado mucho al respecto del conflicto en la Selección Española. Un tema con muchos grises, que sigue generando preguntas, y que nos deja un futuro incierto. La prensa ha alimentado las distintas versiones y los y las protagonistas apenas se han pronunciado al respecto. De momento no hay luz al final del túnel. Ni la reconciliación parece posible ni tampoco el dar pasos adelante para encontrar solución. Tampoco seremos nosotros los encargados en conseguirlo, pero si los de apaciguarlo.
Caprichosas, niñatas, egoístas… El principal foco mediático se ha fijado en las 15+2 futbolistas encargadas de mandar el correo. Ni Jorge Vilda ni la RFEF apenas han sido salpicados por el peso de las críticas de los grandes grupos de prensa. ¿Conflicto de intereses? Por otro lado, hemos visto a multitud de ‘expertos’ comentar el tema e incluso darse el lujo de atacar y posicionarse. No daremos nombres. Es por eso que el circo que se ha vendido parece estar muy lejos de la realidad.

No hace falta aunar en unos acontecimientos que ya conocemos, pero si repasarlos, porque se ha tergiversado demasiado. De forma breve, todo empieza a raíz de la Eurocopa. Es muy cierto que antes del torneo el entorno siempre había dejado rastros de toxicidad, pero la competición continental dejó a España en la deriva. La renovación del seleccionador hasta 2024, la sensación de no tener plan B, la ausencia de Nerea Eizagirre y la lesión de Alexia que obligó a convocar a una descartada Amaiur fueron varios de los motivos que sembraron dudas. No es nada fácil hacer una lista, y menos en una Euro, pero las sensaciones que dejó Vilda eran de desconcierto y de actuar sobre la marcha.
Primero Vero y luego Damaris: Los precedentes
No es la primera vez que Jorge Vilda queda señalado por sus decisiones. Una de las primeras futbolistas en sufrirlo fue Vero Boquete, emblema para el fútbol femenino español. La delantera gallega dejó de ser convocada a raíz que el seleccionador se afianzaba en el puesto. Casualidad o no, fue una de las jugadoras que lideró la ‘revolución’ para el adiós de Ignacio Quereda tras 27 años en el cargo. Junto a ella también desaparecieron de las convocatorias Ainhoa Tirapu, Natalia Pablos, Ruth García y Sonia Bermúdez.
Pero sin duda, el caso de Damaris Egurrola no tiene comparación. La joven perla del Athletic que llevaba tiempo fogueándose en las categorías inferiores, apenas tuvo la oportunidad de jugar con la absoluta. Un perfil necesario para el centro del campo, exponente del relevo generacional, pero que decidió optar por la opción de jugar con Países Bajos (nacionalidad por parte materna) ante la no llamada de Jorge Vilda. “Ser seleccionador no le da el derecho a mentir y yo no podía esperar más a España”. Unas declaraciones en El Confidencial que dejaron claro el motivo de su renuncia con el combinado nacional español.
Dicho esto, arrancaba la tan ansiada Eurocopa y España lo hizo dejando sensaciones regulares frente a Finlandia. No mejoraron contra Alemania y se sufrió para ganar a Dinamarca. Con seis puntos el equipo clasificaba para cuartos, aunque Inglaterra sería el gran rival a batir. Partido muy igualado sobre el papel, que se reflejó sobre el césped, pero que injustamente o no, acabó dejando a la Selección en el camino. Misma trayectoria que en 2017 y con un ambiente enrarecido. Inglaterra acabó ganando el torneo, pero, ¿pudo hacer más España? La respuesta de Vilda: “Estamos en el camino”. El discurso de siempre ante los resultados de siempre pero con un equipo que puede conseguir más.
¿Conformismo? Aquí parece estar una de las primeras cuestiones. Pero sigamos con ello. A pesar de que las sensaciones no eran las mejores, España acabó haciendo un torneo de menos a más. Después de ello el silencio se apodera de la Selección Española y todo el foco se centra en la nueva Liga F y en todos los problemas que acarreó la elección del calendario. Pero el 30 de agosto se filtra una información desde El Confidencial que hace estallar un conflicto que ya se asomaba. “Las capitanas de la Selección piden la dimisión del seleccionador”, decían los titulares. A raíz de todo ello, la RFEF se posicionó a favor de Vilda, y dos días después, tanto él como Irene Paredes, Patri Guijarro y Jenni Hermoso (en representación de las futbolistas) comparecieron en una rueda de prensa para aclarar lo sucedido. Eso sí, ninguna duda quedó disipada, todo lo contrario.
Durante el parón, España consiguió ganar sus dos partidos (ante Hungría y Ucrania) y de nuevo volvía la calma. Eso sí, el fútbol femenino siguió con su entretenimiento, esta vez con la huelga de las árbitras que obligó a suspender la primera jornada de competición. Finiquitado este asunto, el 22 de setiembre se abría un nuevo capítulo en la Selección. La RFEF publicó en un comunicado que había recibido el email de 15 jugadoras renunciando a ser convocadas hasta que el asunto no se resolviera, ya que estaba afectando a su salud mental. A partir de ese instante estallan las redes y empiezan a aparecer nombres. Mientras, la Federación dejó claro que “no vamos a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico”. Así que de esta forma se podía entrever por donde iban los tiros.
Estos fueron los nombres que dio Manu Carreño en El Larguero: Sandra Paños, Lola Gallardo, Moraza, Mapi León, Pereira, Leila Ouahabi, Ona Batlle, Laia Alexandri, Patri Guijarro, Aitana, Nerea Eizagirre, Claudia Pina, Mariona, Lucía y Amaiur. Un día después se confirmaron en un comunicado conjunto que también compartió Alexia Putellas por redes sociales. En dicho texto quedó claro que la RFEF había hecho público un mensaje privado (el correo), y transmitieron sus sensaciones: “Queremos una apuesta decidida de un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos”.

Desde entonces, las preguntas, y sobre todo, las críticas, han seguido floreciendo. Lo que está claro es que Vilda ya no contará con ellas, por eso de su novedosa convocatoria (mandando balones fuera en la rueda de prensa), y que el conflicto va para largo. No hay nada claro, desde ninguna parte. La RFEF ha preferido participar en un circo mediático, sin pensar en el fútbol femenino, y las jugadoras no quieren, o no pueden, dar un paso definitivo. Tampoco Vilda quiere agachar la cabeza. A gran parte de ello se le suma el papel de los medios, y el público general se aleja. Seguramente cuando un entrenador no tiene la confianza de sus pupilos, en el fútbol masculino ya se le daría por muerto, pero la realidad del femenino es muy distinta.
Jenni Hermoso también ha hablado
La actual delantera del Pachuca ha sido otra de las futbolistas que se ha caído de la convocatoria de la Selección Española. A pesar de tener que dar la cara en esa rueda de prensa y de no mandar el email, Jennifer reflexionó a través de sus redes sociales sobre la situación actual. “Aunque no comparta las formas, sí empatizo con la necesidad de hacer algo ya”. Un comunicado diplomático, donde demuestra que conoce lo que se está cociendo, aunque sin dejar clara su posición ante la opción de poder seguir jugando. Aun así Vilda siempre tiene la guillotina preparada.
Las conclusiones que nos deja todo ello se pueden ver a nivel internacional. Jugadoras como Alex Morgan o Megan Rapinoe se han posicionado a favor de las afectadas, de la misma forma que medios de mucho renombre han expuesto lo sucedido sin pelos en la lengua. España vuelve a quedar en ridículo, con una organización que ha jugado sucio y con multitud de ‘periodistas’ hablando sin saber y señalando al tuntún. Nos queda la diplomacia de unas jugadoras que han actuado con cabeza, aunque sintamos que nos dejan vacíos por sus pocas palabras, aunque en el fondo digan demasiado. Veremos si los grises recuperan el color. De momento el futuro se ve negro.
El conflicto de intereses, el trasfondo del asunto
Para entender este apartado lo mejor es leer uno de los mejores materiales que se han hecho durante estos días: Jorge Vilda, asambleísta y seleccionador: ¿Conflicto de intereses, Sr. Franco?, un artículo de la mano de Rafa Fernández y Onda Cero. Desde el sistema clientelar de la RFEF, pasando por la influencia de su padre, Ángel Vilda, hasta el cambio de voto de Jorge como asambleísta que acabó con la elección de Luis Rubiales como presidente de la RFEF.
Y es que Jorge Vilda es de los pocos seleccionadores sin título profesional. Su padre, reconocido preparador físico durante los años 80 y 90, llegó al fútbol femenino para apaciguar los reclamos de Quereda, en busca de mayores recursos para la Selección. Esa fue la llave de entrada de su hijo (con experiencia en el club madrileño Canillas) al staff técnico. Allí ambos encontraron rápidamente el éxito con las categorías inferiores, y toda la influencia que consiguió el padre, la tomó como testigo el hijo.
Una influencia que va más allá del césped. Vilda supo colocarse bien en los despachos para tomar el relevo de Quereda, y además entendió que la figura de asambleísta le daría mayor caché. Así es como forjó además una confianza enorme con Luis Rubiales. Cuando en 2018 tenía apalabrado el voto a Juan Luis Larrea de cara a las elecciones de la federación, se decidió finalmente por Rubiales. Con ello se fraguó una relación que le ha llevado a renovar por el cargo de seleccionador hasta 2024 y contar también con el cargo de Director técnico. Mucho poder que han provocado el adiós de perfiles de nivel como el de Toña Is y Pedro López. No es casualidad.
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