Faltarán palabras para definir esta Eurocopa

LONDON, ENGLAND - JULY 31: A general view as players of England celebrate in front of their fans with the UEFA Women’s EURO 2022 Trophy after the final whistle of the UEFA Women's Euro 2022 final match between England and Germany at Wembley Stadium on July 31, 2022 in London, England. (Photo by Michael Regan/Getty Images)

Wembley presenció cómo Inglaterra tocó el cielo levantando una Eurocopa que nos ha dejado momentos únicos e inolvidables

El 6 de julio arrancaba esta Eurocopa. Precisamente debutaban las anfitrionas y futuras campeonas en un estadio de ensueño: Old Trafford. Desde entonces han sido 19 días repletos de fútbol con los mejores seleccionados del continente. 16 países participando en una edición de lo más esperada tras ser aplazada por la pandemia. Solo una selección se ha llevado la gloria, pero todas han formado parte de la historia. El verano de 2022 será recordado por todos como el verano donde el fútbol femenino dio el salto definitivo. Es por eso que definir esta Eurocopa no es tarea sencilla, así que vamos a repasar varios de los momentos más destacados del torneo.

Récord para la historia en Wembley

Empecemos por el final. 87.192 espectadores presenciaron la final de la Eurocopa en Wembley. Récord absoluto para un partido tanto masculino como femenino del torneo continental. Ya estábamos avisados que esto podía ocurrir, y así fue. Las entradas apenas duraron una hora el día que salieron, y desde la organización se apeló a la calma informando que más adelante había nuevas localidades disponibles. El resultado ha sido este. Una cifra que solo superan los dos encuentros en el Camp Nou en un año para enmarcar.

Fuente: Getty Images

Wembley se lleva la palma con esta cifra. Pero tampoco olvidar el resto de estadios. En Old Trafford (donde se enfrentaron en el partido inaugural Inglaterra y Austria) se llegó a 68.871 aficionados. El St Mary’s Stadium de Southampton ha sido otro de los campos con gran afluencia de público, destacando el enfrentamiento entre las anfitrionas e Irlanda del Norte (donde ya ambas se jugaban nada). En Brighton no se quedan atrás. Más de 28.000 personas vieron la goleada de las inglesas frente a Noruega y la eliminación de España. Mientras, en Bramall Lane también se vieron cifras parecidas en las semifinales entre Inglaterra y Suecia.

Audiencias

No solo se han batido récord en los estadios, también en las audiencias televisivas. España es un gran ejemplo de ello con la transmisión de RTVE. Cada partido de la Selección Española tenía mayor audiencia, llegando a 2.420.000 espectadores en los cuartos de final frente a Inglaterra. Incluso según datos de RTVE, fueron más de 6 millones de personas quienes en algún momento siguieron el encuentro por La 1.

Y si hablamos del resto de países, las cifras aumentan significativamente. En Alemania hasta doce millones de personas siguieron las semifinales contra Francia. En el país galo, lo hicieron 6,3 millones de aficionados. Récords de audiencias en ambos países. Tampoco olvidarnos de las audiencias en Inglaterra. 17,4 millones de personas vieron la final ante Alemania, superando el pico de audiencia del anterior récord, que fue de 11,7 millones.

Los números lo avalan. Inglaterra era anfitriona y sus partidos fueron todo un éxito. Pero el tener una Eurocopa en casa ha permitido a muchos aficionados locales presenciar auténticas finales anticipadas, como fue el encuentro entre Alemania y Francia previo a Wembley. 27.445 espectadores en el Stadium MK (estadio del MK Dons, equipo de tercera división inglesa) para ver como las teutonas se clasificaban a la final en uno de los enfrentamientos más igualados de todo el torneo.

Un gol que vale oro para Irlanda del Norte

Dejémonos de números y vayamos al césped. Fue precisamente en uno de los primeros encuentros donde vimos como Irlanda del Norte hacía historia. Las norirlandesas debutaban por primera vez en la fase final de un gran torneo. Lo hacían con un grupo de lo más complicado por delante: Inglaterra, Noruega y Austria. Un de las selecciones con menos jugadoras profesionales, de hecho hasta enero de este año 13 de ellas trabajaban a tiempo parcial mientras lo combinaban con el fútbol, por lo que el objetivo principal era vivir la experiencia. Vaya si lo hicieron. El verde y blanco de sus hinchas tiñó las gradas, y a pesar de no conseguir ninguna victoria, se marcharon con la cabeza muy alta.

Julie Nelson tras marcar el primer y único gol en la historia de Irlanda del Norte en un gran torneo. Fuente: Getty Images

Sobre todo tras el gol de Julie Nelson en el debut contra Noruega. Perdieron por 4-1 ante unas nórdicas que llegaban como un tiro, pero las norirlandesas pudieron llevarse una pequeña alegría. Con el partido visto por sentencia (a pesar de haber luchado en varios tramos), apareció la cabeza de Nelson para recortar distancias. Un gol que valió oro, y un gol que supuso récor. Con 37 años y 33 días, Nelson se convirtió en la futbolista de mayor edad en marcar en una Eurocopa. El mejor premio que podría llevarse una de las grandes referentes del fútbol en Irlanda del Norte tras debutar como internacional en 2004 a sus 18 años. No ha llovido desde entonces.

Y es que Irlanda del Norte era una de las cenicientas del torneo, pero hay que apuntarnos varios nombres interesantes. Fue una pena no poder ver en plena forma a Simone Magill (que se lesionó), pero sí destacó el papel de otra referente como Rachel Furness. A sus 34 años, la atacante del Liverpool demostró por qué es una de las grandes jugadoras del país con esa calidad que la hace diferencial.

Noruega y un punto de inflexión

Hablando del gran inicio de torneo de Noruega, no hay que olvidarse de lo que vino después. La goleada ante Irlanda del Norte presagiaba un gran torneo para las nórdicas. Jugadoras como Guro Reiten, Graham Hansen, Ingrid Engen, y sobre todo, Ada Hegerberg en su retorno a la selección, ponían a las noruegas como candidatas a llegar lejos, pero todo se disipó en la segunda jornada. Un enfrentamiento ante Inglaterra que se antojaba de lo más igualada, pero que acabó siendo todo lo contrario. Goleada de 8-0 que hundió al combinado de Martin Sjorgen. No tuvieron capacidad de respuesta ante el vendaval inglés, y se descompusieron por completo.

Ingrid Engen en la derrota de Noruega frente a Inglaterra. Fuente: Getty Images.

Un resultado que también supuso récord para el torneo, superando el 6-0 que le endosaron las mismas inglesas a Escocia en la edición de 2017. Perder ese partido obligaba a Noruega a dar la cara y llevarse la victoria contra Austria, pero Nicole Billa deshizo las esperanzas para las escandinavas. Eliminadas en fase de grupos como ya sucedió en la anterior Eurocopa, y muchas dudas para un equipo incapaz de competir en los grandes torneos. Borrón y cuenta nueva. Adiós a Sjorgen y un nuevo inicio para una selección que necesitaba del cambio.

Austria y la buena de Irene Fuhrmann

No nos marchamos del Grupo A, porque también hay que hablar de Austria. Si antes hemos mencionado a una de las decepciones, ahora toca elogiar el trabajo de Irene Fuhrmann, que ha convertido una vez más a Austria en la revelación del torneo. Ya fueron capaces de alcanzar las semifinales en 2017, donde sorprendieron a todo el mundo quedando primeras de grupo por delante de Francia y eliminando a España en cuartos tras llegar a los penaltis. Este año no han conseguido pasar de cuartos, pero su torneo ha vuelto a ser un éxito. Las austríacas han demostrado gran capacidad competitiva y un gran trabajo táctico fruto de su entrenadora.

Austria celebrando su clasificación a cuartos de final tras vencer por la mínima a Noruega. Fuente: Getty Images

Lucieron en Old Trafford con una Inglaterra que se vio sorprendida por el planteamiento de las austríacas. Cumplieron ganando a Irlanda del Norte con un 2-0, y cerraron la fase de grupos ganando por la mínima a Noruega. Alemania acabó con sus aspiraciones, pero el partido no fue nada sencillo para las germanas. El equipo de Irene Furhmann (que llegó en 2020 al banquillo) ha brillado por contar con un bloque muy completo, donde las individualidades no destacan en sobremanera, pero cuando aparecen, son vitales. Nicolle Billa en el ataque y Manuela Zinsberger bajo palos son claros ejemplos.

El crecimiento de Bélgica

Otro de los equipos que ha conseguido sorprender ha sido Bélgica. Encuadradas junto a Francia, Islandia e Italia, las belgas tenían por delante un grupo donde la segunda plaza estaría muy codiciada salvo debacle de Francia. Finalmente, todo sucedió como se esperaba, las francesas lideraron, y Bélgica fue capaz de eliminar a Italia con un gol de Tine de Caigny y clasificar con cuatro puntos a cuartos de final. En la fase final se vieron las caras ante Suecia, que se llevó el partido con un gol en el 92’ tras exhibición de Nicky Evrard bajo palos.

Las jugadoras de Bélgica celebrando con la afición la victoria rente a Italia para clasificar a la fase final. Fuente: Getty Images.

Merecieron mucho más las de Ives Serneels, que en su segunda participación en la Eurocopa, han demostrado una gran capacidad de competir a nivel internacional. No estuvieron nada mal en su debut en 2017 (eliminando a Noruega), pero este año se han superado, evidenciando el crecimiento del fútbol en un país cada vez más atractivo, tanto a nivel masculino como femenino.

70 minutos no son suficientes

España ha dejado un gusto agridulce tras la Eurocopa. El gran rival a batir eran las alemanas. No superaron el duelo y tocó sufrir ante Dinamarca por esa segunda plaza. El empate valía, pero el gol de Marta Cardona permitió a las españolas cerrar la primera fase con mejores sensaciones. El siguiente rival sería Inglaterra. El peor que le podía tocar a España. Aun así, el partido en Brighton no fue nada malo para el combinado de Jorge Vilda. Las anfitrionas tuvieron problemas para controlar el balón, y el tanto de Esther hizo temblar sus aspiraciones al título.

La Selección Española después de la derrota en Brighton ante las anfitrionas. Fuente: Getty Images

Las españolas estuvieron muy cómodas durante prácticamente setenta minutos de juego, pero casualmente el tanto de Esther hizo más daño a las suyas que a las inglesas. Sarina Wiegman supo leer lo que necesitaba su equipo, España se cerró, y tras una acción un tanto polémica, Ella Toone empataba el partido. Tocó ir a la prórroga, donde las locales, a compás con su afición, impusieron un ritmo que España no pudo alcanzar. Georgia Stanway rompió el empate, y a pesar de varias llegadas mediante Amaiur, no hubo solución al principal problema de la Selección, la falta de gol. Eliminación amarga para un equipo que había demostrado poder llegar a más. España no sale reforzada de la Eurocopa a pesar de las esperanzas, y Vilda seguirá siendo el más señalado.

La entrada de Amaiur Sarriegi

Precisamente una de las grandes críticas que ha recibido Jorge Vilda ha sido el no contar con Amaiur Sarriegi, que acabó debutando en la prórroga frente Inglaterra. Pocos minutos pero suficientes para demostrar su nivel goleador. Tuvo varias ocasiones, y muchos aficionados españoles se llevaron las manos a la cabeza por haber desperdiciado semejante talento. La respuesta solo la sabe el seleccionador, que tampoco quiso darle oportunidades a Claudia Pina tras una temporada excelsa vestida de blaugrana. Renovado hasta 2024, muchos esperan que todavía pueda aprender de los errores.

Seis seleccionadoras contra todo

Sarina Wiegman (Inglaterra), Martina Voss-Tecklenburg (Alemania), Corinne Diacre (Francia), Irene Furhmann (Austria), Milena Bertolini (Italia) y Anna Signeul (Finlandia). Solo seis de las dieciséis selecciones contaban con una mujer como entrenadora. A pesar de ser minoría, cuatro de ellas alcanzaron los cuartos de final, y dos de ellas protagonizaron el partido decisivo en Wembley. Seis mujeres que tras dejar huella sobre el césped, decidieron dar el salto a los banquillos rompiendo todas las barreras posibles y siendo un ejemplo para las nuevas generaciones.

Martina Voss-Tecklenburg y Sarina Wiegman durante la final en Wembley. Fuente: Getty Images.

De todas ellas, ni la italiana Bertolini ni la sueca Anna Signeul lograron pasar de fase de grupos. De hecho, la seleccionadora de Finlandia rescindió su contrato de mutuo acuerdo con la federación finlandesa. Todo lo contrario sucede con Irene Fuhrmann. Como ya hemos dicho, Austria dejó una gran imagen, por lo que su entrenadora sale muy reforzada. Lo mismo sucede con Corinne Diacre tras llegar a las semifinales a pesar de sus polémicas decisiones entre jugadoras. Pero no cabe duda que mientras Martina Voss-Teckelenburg ha demostrado estar entre las mejores, Sarina Wiegman se lleva la corona (y por segunda vez).

La obra de arte de Alessia Russo

El tiempo se paró y Alessia Russo nos deleitó con el gol del torneo. Tras los tantos de Beth Mead y Lucy Bronze ante Suecia, las semifinales parecían más que sentenciadas, pero apareció la mejor revulsiva del torneo con una obra de arte sublime. La joven atacante inglesa recibía en la frontal del área pequeña, y tras fallar en su primer golpeo, aprovechó el rechace para sacarse un remate de tacón inesperado. Hedvig Lindhal no lo vio venir y el balón se escurrió por debajo de sus piernas.

De hecho Inglaterra también protagonizó otro de los mejores goles. Otra revulsiva que decantaba la final con una vaselina. Ella Toone recibió un pase entre líneas de Keira Walsh, y definió a la perfección ante la locura de Wembley. Acabó empatando Alemania, pero lo de la promesa del Manchester United no tuvo nombre. Gran torneo a sus 22 años con dos tantos y un nivel de lo más alto, aprovechando cada una de las oportunidades.

Francia, a las puertas de la final

Corinne Diacre dejó fuera de la Eurocopa a Amandine Henry, la capitana, y a Eugénie Le Sommer, la máxima goleadora histórica del país galo. A pesar de toda la polémica en torno a la seleccionadora, Francia acabó llegando a las semifinales, donde fue eliminada en un partido de lo más igualado por Alemania. El mejor resultado en una Eurocopa para una selección que tenía como techo los cuartos de final (2009, 2013 y 2017). Se rompió la maldición.

EL XI de Francia en las semifinales frente Alemania. Fuente: Getty Images.

El papel de Corinne en el banquillo está siendo muy positivo. De hecho, fue renovada hasta 2024 a pesar de discrepancias por parte de un sector de los aficionados galos. Cerraron la fase de grupos sin problemas, aunque empataron en el tercer encuentro contra Islandia. Un empate con gol en el 90+12’ por parte de las islandesas que rompía la mayor racha de victorias consecutivas de la selección francesa. Cierran el registro en 15.

Ya eran favoritas en la previa del torneo, aunque había ciertas dudas en la gestión de vestuario de Diacre tras dejar fuera a dos pesos pesados. Todas ellas quedaron disipadas con el gran debut de la selección. Goleada impensable frente a Italia, con goles de Katoto (sufrió una rotura de cruzado durante el partido), Grace Geyoro (se llevó el balón con su hat-trick) y Delphine Cascarino. Es cierto que durante el torneo acabaron dejando una trayectoria poco lucida (necesitaron de un penalti en la prórroga para eliminar a Países Bajos en cuartos), pero la selección fue efectiva y llegó donde tenía que llegar.

Alexandra Popp y una lesión injusta

Una maldición que todavía no se acaba de romper es la de Alexandra Popp con la Eurocopa. No pudo participar en las dos últimas ediciones debido a lesiones de gravedad, y se quedó a un palmo de no participar en la tercera, pero la pandemia apareció en su caso como gran salvadora. Se aplazó un año el torneo, y Alexandra Popp por fin pudo debutar. Lo hizo marcando gol saliendo desde el banquillo y ganándose la titularidad. Desde entonces no defraudó, dejando seis goles en cinco partidos.

Alexandra Popp con la medalla de subcampeona tras perderse la final en Wembley. Fuente: Getty Images

La capitana alemana llegaba a la final con el objetivo de pelear por la Bota de Oro junto a Beth Mead, pero la mala fortuna se volvió a cruzar en su camino. Unas molestias en el calentamiento la obligaron a quedarse en el banquillo, y la titularidad acabó recayendo en Lea Schüller. Toda una pena no ver a la carismática delantera en un partido de lo más esperado para ella tras cuajar un gran torneo hasta el momento. De hecho, pese a perderse ese encuentro, Popp ha sido elegida en el mejor equipo de la Eurocopa. Merecido.

No siempre ganan las alemanas

Y tras este pequeño repaso, cerramos el círculo y llegamos de nuevo a la final. Hemos hablado de lo que sucedió antes, pero no de lo que sucedió tras 120 minutos de espectáculo. Tanto Inglaterra como Alemania salieron muy precavidas en un primer tiempo que no pasará a la historia. Solo una mano de Leah Williamson que debió ser penalti generó polémica, pero todo cambió tras el paso por los vestuarios. Sarina Wiegman hizo una gran lectura del partido y decidió dar entrada a dos de las protagonistas de este torneo: Ella Toone y Alessia Russo. Mayor presencia en área rival por parte de las inglesas que se acabó traduciendo en el primer gol del partido.

La celebración del gol de Chloe Kelly. Fuente: Getty Images

Aun así, Alemania no le había perdido la cara al partido en ningún momento, y tras una gran jugada combinatoria, llegó el gol de Lina Magull. 1-1 y prórroga. Pudo ganar cualquiera, de hecho todo olía a penaltis, pero entonces, en un balón que quedó muerto en área alemana, apareció Chloe Kelly para formar parte de la historia de Inglaterra. Un gol que fue definitivo y que demuestra que Gary Lineker estaba equivocado. No siempre ganan las alemanas, aunque en el fútbol femenino parecía imposible que esto sucediera.

Sweet Caroline, la canción del verano

El himno no oficial de la Selección Inglesa y la canción de la Eurocopa. No había que olvidarse de este momento. Cada partido de Inglaterra estuvo acompañado por la canción de Neil Diamond, que se ha convertido en icónica para todo el fútbol inglés. Ya llevaba tiempo sonando en los partidos, pero tras el torneo se ha consolidado como una de las mejores canciones futboleras. One Kiss de Dua Lipa y la mítica It’s Coming Home también pueden añadirse a una lista de canciones que han sonado en todos los estados por donde Inglaterra ha pasado. Sinónimo de la gran sintonía entre jugadoras y afición. Por no hablar del God Save The Queen. Eso sí es piel de gallina.