Nadia Nadim, la delantera que huyó de los talibanes

Vivió una infancia dura, escapó del conflicto afgano, y acabó cumpliendo su sueño, ser jugadora: la historia de Nadia Nadim
Las guerras son injustas, crueles, devastadoras, dolorosas… Seguramente todos los adjetivos son demasiado ambiguos para describir la angustia que sufren todas sus víctimas, desde la más pequeña a la mayor. Pero hoy vamos a necesitarlos para hablar sobre una persona que ha demostrado luchar contra toda adversidad y cumplir su sueño. Hablamos de Nadia Nadim, una futbolista que huyó de la guerra, conoció el fútbol en los campos de refugiados, y se convirtió en estrella. Una historia necesaria, que debe servir como ejemplo para darle el valor que merecen nuestras vidas.
El relato del conflicto
Para empezar, hay que contar qué es lo que sucede en Afganistán. Su gente lleva 41 años en una guerra que ha destrozado hogares, vidas y muchas esperanzas. El conflicto se remonta en plena Guerra Fría, con la Unión Soviética dando apoyo a un gobierno comunista afgano, que a finales de los años setenta, tomó el poder del país. Estos comunistas, trataron de imponer una ideología atea, pero parte de la población no lo aceptó, y se levantó contra el gobierno. Se les conoció como a los muyahidines.
Muyahidín es una palabra que designa, en un contexto islámico, a la «persona que hace la yihad», es decir, «alguien que lucha por su fe».
Es aquí cuando el bloque occidental entra en acción. Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Pakistán (que acabó participando de forma directa), armaron a los rebeldes, y se iniciaría una guerra entre comunistas e islamistas. Es entonces en 1988, con la URSS en declive, cuando las tropas soviéticas se acaban retirando del país. Tras ello, los muyahidines apenas tendrán complicaciones para derrocar ese gobierno comunista.

Pero el conflicto aún no se termina. Los muyhaidines, divididos en facciones, intentaron repartirse el poder del nuevo estado, llamado Estado Islámico de Afganistán, pero no consiguen ponerse de acuerdo, y las disputas ocasionan una nueva guerra, esta vez entre los propios islamistas. El resultado de todo esto será la victoria de los talibanes, la facción más fuerte. A partir de entonces, todo el país (únicamente se resiste parte del norte), pasará a estar bajo su control.
El régimen taliban
Los talibanes imponen un régimen totalitario y además le dan cobijo a Osama Bin Laden y su red terrorista Al Qaeda, principales perpetradores del ataque sobre las torres gemelas el 11 de setiembre de 2001. Empieza un nuevo capítulo en la guerra afgana. Estados Unidos decide invadir Afganistán (junto a Reino Unido, la OTAN y tropas de varios países europeos) como respuesta en búsqueda de los responsables de dicho ataque. Aunque no conseguirán encontrarlos, el régimen talibán acaba cayendo.
De todas formas, ni la policía ni el ejército afgano estaban preparados para gobernar el país (apenas podían con Kabul, la capital), y la presencia de las tropas internacionales ayudó a apaciguar las insurrecciones por parte de los talibanes. Finalmente en 2015 se firma un alto al fuego tras tres décadas de lucha, y la OTAN empieza a desmantelar el país. Desde entonces el ejército de Estados Unidos se convierte en el principal sustento para el gobierno afgano. Pero este 2021 la cosa cambió. Los americanos abandonaron el país, y los talibanes, sin obtener apenas oposición ante un ejército afgano poco preparado, recuperan el control. Sin lugar a dudas un conflicto muy largo, con muchas fases y mucha complejidad que ha arrasado con todo.
Nadia Nadim, marcada por la guerra
En todo este contexto, nació Nadia Nadim un 2 de enero de 1988 en la localidad de Herat. Durante su infancia, vivió en Kabul, la capital de Afganistan, junto a su madre Hamida, su padre Rabena Khan, militar del ejército afgano, y sus cuatro hermanas. Nadia vio el conflicto con sus propios ojos, y además, era consciente del oficio de su padre, un alto cargo con mucha influencia. Los talibanes lo sabían, y como cuenta la propia Nadia en Our Game Magazine: “Un día lo llamaron para reunirse con uno de los ministros, lo llevaron al lugar, y ya no volvió”.
Con 11 años Nadia sufrió la muerte de su padre, y todo el peso de la familia recayó en las espaldas de la madre. Ella y sus cinco hijas pequeñas decidieron abandonar el país y dejar atrás todo el sufrimiento. El camino fue largo y duro, pero estaba claro que debían escapar si querían tener un futuro con esperanzas.
La familia partió hacia Pakistán tras pagar a un traficante de personas, con el objetivo de llegar a Londres, donde tenían familia. Para llegar a Inglaterra, volaron desde el aeropuerto de Karachi con ayuda de unos pasaportes y atuendo paquistaníes falsos. Ese avión les llevaría a Italia, y una vez en el país transalpino, se subieron a un camión. Tras días escondidas sin apenas comer por tal de no hacer ruido, el camión se detuvo, pero la familia no estaba en Londres.
Randers, Dinamarca. Ese fue el lugar donde llegaron, y donde les tocó empezar de cero. En ese lugar conocieron a un oficial que les ayudó a llegar a un campo de refugiados, donde intentaron pedir asilo antes de ser trasladados a un campo cerca de Aalborg. Sería allí donde Nadia crecería, y donde se enamoraría de su nueva vida, y sobre todo, de un deporte llamado fútbol.
Cumpliendo un sueño
“Pasábamos los días en una escuela de nueve a una, y después nos reuníamos en un pequeño campo de hierba, jugábamos al escondite y también a fútbol con dos porterías destrozadas”. Mientras la familia se encontraba en el campamento esperando ser aceptada en el país, Nadia se lo pasaba en grande jugando a ese deporte junto a sus hermanas.
Poco a poco fue aprendiendo y mejorando, hasta que decidió unirse al equipo de su zona. El entrenador quedó impresionado con su nivel, y a partir de ese momento, estaba por empezar la carrera de una futura estrella. Durante su adolescencia jugó en el B-52 Aalborg y el Team Viborg, hasta que en 2006, con 18 años, firmó su primer contrato profesional con el IK Skovbakken. Allí jugó durante seis años, dejando 88 goles en 91 partidos, y en 2012 firmaría por uno de los mejores equipos de su país, el Fortuna Hjørring.

Esa delantera de nacionalidad afgana y danesa no tardó en llamar la atención, y llegaría rápidamente a la cima del fútbol femenino, Estados Unidos. El soccer le dio una oportunidad que no desaprovechó. Primero en Sky Blue en el curso 2014. Tras una buena temporada, regresó a Dinamarca en calidad de cedida para jugar con su ex equipo, el Fortuna Hjørring. Una vez finalizó el préstamo, el Portland Thorns la fichó en enero de 2016. Con la franquicia de Oregón consiguió levantar el título de liga, y a punto estuvo de repetir en 2017. Después de dejar 32 goles en tierras americanas, Europa la llamó de nuevo.
El Manchester City, uno de los grandes equipos de Inglaterra se hizo con sus servicios en enero de 2018. Nadia solo necesitó seis minutos para estrenarse como goleadora en su debut, pero esa etapa no fue como se esperaba. No estaba cómoda en el cuadro blue, y pese a sumar seis goles en su primera temporada, de cara al siguiente curso solo se vistió de cortó en tres partidos. De cara a enero de 2019, decidió desvincularse del club inglés y buscar un nuevo reto.
Esta vez sí acertó. Fichó por el PSG, y le vino como anillo al dedo. Tras una primera temporada con muy buenas sensaciones (disputó ocho partidos en el tramo final de la 2018/19), para el siguiente curso, las parisinas le pelearon codo con codo el título al Olympique de Lyon, y Nadia participó dejando 8 tantos. No era titular indiscutible, pero contaba con la confianza de su técnico, y así se demostró en la temporada, formando parte del equipo que consiguió acabar con la hegemonía de su máximo rival. Un año histórico para el PSG, que levantó su primer título de Liga.
Después de colaborar con 10 goles en esa temporada, Nadia Nadim cambió de aires una vez más, esta vez con su regreso a Estados Unidos para defender la camiseta del Racing de Louisville, un equipo muy joven fundando en 2019. Por el momento ha jugado ocho partidos, y nos ha dejado 3 goles. Buenos números para la futbolista, que a sus 33 años sigue en plena forma.
Abanderada de Dinamarca

En 2006, Nadia cumplia 18 años, y pasaron dos años hasta que se le otorgó la ciudadanía danesa. Pero a pesar de ello, no podía ser seleccionada por la Selección de Dinamarca, ya que según las normas de la FIFA, debían pasar cinco años siendo residente en el país después de cumplir la mayoría de edad. La Asociación Danesa de Fútbol (DBU) llevó el caso a la justicia, y la FIFA acabó haciendo una excepción en el caso de Nadia. Tras ello, se convirtió en una de las grandes jugadoras de su país, destacando en la Eurocopa de 2013 y sobre todo en 2017. Un torneo impecable para las danesas a pesar de caer en la final ante Países Bajos.
Una jugadora que para llegar donde ha llegado, ha sufrido durante el camino, y que es consciente de ello, por lo que su persona va más allá del deporte. Nadia Nadim suele colaborar para causas sociales, además en Dinamarca tiene su propia escuela de fútbol, y quiere trabajar para Médicos Sin Fronteras una vez se retire. Un ejemplo de superación que nos demuestra que en esta vida no hay nada imposible.